La juventud peronista también busca su renovación. El quincho de la histórica sede del Partido Justicialista sirvió de escenario para la reunión de un sector de la juventud que no esquiva la “autocritica”, reivindica al Movimiento Obrero como la columna vertebral del peronismo y trabaja para la unidad de cara a las próximas elecciones. El objetivo común: recuperar lo perdido.

La excusa formal para sentar a la mesa a más de un centenar de dirigentes juveniles fue la conmemoración de la Noche de los Lápices. Si bien la escenografía no cambió -los cuadros de Néstor Kirchner y de Cristina siguen acompañando a los de Perón y Evita en la pared principal-, sí cambió el ambiente. Y los integrantes: en la noche del jueves no hubo allí dirigentes de La Cámpora, agrupación que condujo a la juventud del oficialismo mientras el Frente para la Victoria comandó los destinos del país.

En el centro de la cabecera estaba, como anfitrión, Leonardo Grosso (Movimiento Evita), y a su derecha Facundo Moyano (Frente Renovador). Los senadores Juanchi Irrazábal, Teresita Luna, Juan Manuel Abal Medina, la diputada Carolina Gaillard y el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, completaban la cabecera.

Mientras la parrilla ardía y los chorizos iban tomando color, los distintos referentes se sucedieron en el uso de la palabra. Todos coincidieron en la necesidad de la unidad, resaltaron la tarea de la Confederación General del Trabajo y reconocieron la necesidad de una “autocrítica”.

El diagnóstico sobre la situación que vive el país fue lapidario y unánime. “Esto se va al carajo, compañeros”, sentenció Moyano y señaló que ante esa situación la unidad del peronismo aparece como una necesidad. En el mismo sentido, Grosso agregó: “Hay que conseguir la unidad para ganar las elecciones y volver a poner al gobierno y al Estado a favor de los laburantes y de los humildes”.

A esta altura los platos ya circulaban por las mesas, y un breve corte de luz sirvió de excusa para que la marcha peronista retumbara en el quincho de la sede de la calle Matheu. En esta oportunidad, a nadie se le ocurrió agregarle una estrofa a la versión original.

A lo largo del asado, que comenzó minutos después de las 20 y culminó poco antes de las 23 hs, también hubo lugar para la reivindicación de Hugo Moyano como dirigente sindical. Fue el ex jefe de gabinete de Cristina Fernández de Kirchner,  Abal Medina, quien defendió a Moyano y se animó a cuestionar la ruptura que se produjo entre el FpV y el dirigente camionero después de las elecciones de 2011.

Los dirigentes se prometieron bucear en las razonas que hicieron que se evaporara el 54% de los votos obtenidos en 2011, y remarcaron que hay que volver a poner al “peronismo de pie para que vuelva a enamorar”. En ese marco, Nardini apeló a la mística, recordó que cuando comenzaba a caminar su distrito para ser Intendente “nadie creía” e instó a los dirigentes a fortalecer el colectivo porque a un año de las elecciones “importa un carajo quién es el candidato”.

El jueves por la noche, ante la atomización que vive el peronismo, surgió un nuevo germen en busca de la unidad. Parte de la juventud se puso en marcha en busca de un conductor que contenga al colectivo o de un colectivo que impulse un candidato. Para ellos, el orden de los factores no parece alterar el producto.