En medio de rumores de crisis por la ya extensa detención ilegal de Milagro Sala en Jujuy, el radical Leandro Despouy renunció al cargo de representante especial para asuntos de Derechos Humanos en el ámbito internacional y asumirá en Interpol.

La canciller Susana Malcorra negó este lunes que la renuncia de Despouy estuviese vinculada con las denuncias internaciones por la detención de la dirigente social y que su ingreso de Interpol se había decidido meses atrás.

Según pudo averiguar Tiempo, Despouy no quería quedar pegado a las denuncias internaciones por violaciones a los derechos humanos en Jujuy y eso habría generado malestar de un sector de Cancillería contra el ahora ex funcionario. A esto se sumaron, además la denuncia de Sala en su contra por haber intentado coordinar una estrategia con el gobierno de Jujuy ante una visita de la ONU. También coincidió con un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, que calificó la detención como “arbitraria”.

Despouy se desempeñó desde el comienzo de la gestión de Mauricio Macri en el área de Derechos Humanos de Cancillería y fue la cara visible ante los reclamos internacionales de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Su gestión estuvo cruzada íntegramente por la detención de Sala. Incluso fue testigo en el juicio oral en el que la dirigente resultó condenada por haber planeado un escrache a Morales en 2009. 

Ese día, Despouy iba a dar una charla con el entonces senador jujeño cuando fueron escrachados con una tirada de huevos. Si bien era uno de los testigos claves, su testimonio contradijo lo que siempre aseguró Morales: que habían escuchado que Milagro Sala había organizado la marcha en su contra.

“No me consta. He tratado durante el testimonio de no hacer conjeturas. Sí escuché amenazas a Gerardo Morales vinculadas a los programas sociales y el control. Pero no escuché la palabra Milagro Sala. Ni Tupac Amaru. Tampoco que se invoque el nombre de Milagro Sala”, aseguró meses atrás.