De la sorpresa a la subestimación. Así fueron las primeras lecturas que surgieron en los equipos de campaña de Juntos por Cambio cuando Unión por la Patria oficializó la lista de unidad con la fórmula presidencial Sergio Massa – Agustín Rossi. Hasta entonces estaban seguros de una contienda interna inédita dentro del panperonismo. Seguros de eso, a partir del mediodía del viernes, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich nominaron a sus compañeros de fórmula para medirse en las PASO. Cuando se conoció el anuncio de la unidad del peronismo se provocó un primer pantallazo: es más perjudicial para el alcalde porteño que para la exministra de Seguridad.

El ministro de Economía no abandonará sus funciones mientras sea candidato. Su aspirante a vice seguirá como jefe de Gabinete y ambos comenzarán el tramo inicial de la campaña.

Los dos candidatos de JxC apuntarán a la situación económica, la alta inflación y la pobreza, como argumentos para desgastar a Massa. Fue la primera respuesta que se escuchó este viernes por la noche. «Hablan como si no gobernaran», dijo Bullrich en una aparición televisiva. «Este modelo que representa Massa es con todo lo peor. Hay que enfrentar un proyecto de cambio profundo», insistió, sin dejar de apuntarle a Rodríguez Larreta, su principal competidor hasta el 13 de agosto.

«También habrá un debate en JxC y tiene que ver con ese acuerdo del 60%, es un acuerdo del status quo», vaticinó Bullrich, como una forma de apuntarle al alcalde porteño. No lo nombró, pero se refirió al pacto amplio, con el 80% del sistema político, que propone Larreta. Sin dar nombres, la precandidata anticipó que es cuestión de tiempo para que busque recordar la relación de Larreta y su compañero de fórmula, Gerardo Morales, con Massa. «Massa es la expresión más cabal de la politiquería, de la política como negocio personal», sostuvo, en una entrevista con el canal de cable del diario La Nación, donde contó que el expresidente Mauricio Macri le había escrito para pedirle su opinión sobre la lista de UP.

La noche del viernes hubo una reunión en JxC para evaluar la situación ante el cambio en el oficialismo. «No le vemos margen para revertir la situación de la economía y eso puede ser determinante», definió uno de los dirigentes que siguió el encuentro. Deslizaron que habría un posible cambio de estrategia, pero Larreta no se movió de su plan y este sábado encabezó la presentación de las listas para la Provincia de Buenos Aires, el territorio donde el alcalde apunta a derrotar a Bullrich.

La lista estará encabezada por Diego Santilli, que peleará la gobernación acompañado por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Su presencia suma otra dosis de radicalismo al acuerdo que Larreta mantiene con Morales, ante la decisión del titular del comité bonaerense, Maximiliano Abad, que cerró un pacto con Bullrich. Lo hizo luego de digerir que no sería su candidato a vice porque ella decidió poner al exdiputado mendocino Luis Petri, un «radical libre», según dicen en la UCR. Lo definen como un átomo inorgánico que está más cerca del PRO. Ese puesto al lado de Pato era para Abad, que se bancó el desplante y aceptó firmar la precandidatura como senador nacional en la lista que lleva a Néstor Grindetti para la gobernación. Los costos corrieron por cuenta del extitular de la Cámara Baja, Emilio Monzó, que llevaba adelante la negociación y entregó el lugar que podría haber sido para él.

El intendente de Lanús estará acompañado por otro radical que se medirá con la fórmula Santilli-Posse. Su vice será el intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández, que lidera el Foro de Intendentes Radicales y llegó por el pacto con Abad. Grindetti quería una mujer como vice, pero la decisión de Bullrich por Petri cambió todo y puso en riesgo los tejidos con el radicalismo bonaerense.

La foto de JxC dejó a Bullrich acompañada por un aspirante solamente conocido en Mendoza y no en el resto del país. En su entorno dicen que fue para no «desperfilarse». Otros apuntan que fue el último recurso luego de explorar pactos con el economista y extitular del Banco Nación, Carlos Melconian, que le dijo que no. La falta de conocimiento también aqueja a Grindetti en Provincia y más aún con su compañero de fórmula, que podría equilibrar esa falencia con el peso del voto radical del interior bonaerense.

Para competir con Grindetti y, por su intermedio, con Bullrich, Rodríguez Larreta rodeó a Santilli con un amplio esquema de alianzas. Para el Senado nacional puso a José Luis Espert como primer candidato y con ese movimiento confirmó la negociación que había anticipado Tiempo sobre su ingreso a JxC, pero sin definir su pase a la pelea presidencial. Fue luego de una durísima negociación entre Bullrich y Larreta donde se jugó parte del futuro de una coalición con serios resquebrajamientos que serán contenidos hasta el desenlace de las PASO.

En diputados nacionales la contienda tendrá mayor calibre. Cristian Ritondo no pudo pelear la gobernación y Bullrich lo aceptó como primer candidato por la Provincia, pero deberá medirse con Miguel Pichetto, excandidato a vicepresidente de Mauricio Macri que ahora pactó con Larreta. Se conoció luego de una reunión de Pichetto con Macri. El extitular del bloque del PJ en el Senado le habría pedido neutralidad al magnate. Otros indican que el encuentro fue duro porque Pichetto le habría contado que se iba con Larreta. «Hay que ver si sigue Cristian en la Cámara teniendo en cuenta que lo tiene a Miguel peleándole el territorio y el electorado», especularon en la bancada macrista que conduce Ritondo.

El tramo más duro de la interna bonaerense sucederá en los 135 municipios. Al cierre de esta nota un puñado de intendentes macristas reclamaban evitar la interna y suplantarla con la V, es decir, ser candidatos únicos de Santilli y Grindetti. Era la propuesta del larretismo que Bullrich rechazó. El tema preocupa a los jefes comunales que buscan renovar.

En la pelea bonaerense se suma otro componente que despierta lecturas divergentes sobre una ventaja para el larretismo. El gobernador cordobés Juan Schiaretti registró su precandidatura presidencial acompañado por el exministro y diputado nacional Florencio Randazzo. Su figura se proyecta sobre los votos que puede reunir en Buenos Aires, pero el schiarettismo no impulsará candidato a gobernador bonaerense. Algunos en JxC y en el cordobesismo lo consideran un guiño a favor de Santilli en la contienda con Grindetti y otro avance del acercamiento que mantiene el cordobés con Rodríguez Larreta y Morales. Ambos dejaron de pedir sumarlo a JxC para evitar consecuencias negativas en las elecciones cordobesas de este domingo, pero la articulación se sigue tejiendo.

Cerca de Santilli miran con desconfianza la boleta corta de Schiaretti en Provincia. Reanima el debate estructural de JxC en territorio bonaerense. Sus candidatos sólo han ganado con el peronismo dividido, y en 2019, perdieron ante la experiencia del Frente de Todos. En 2021 el rol de Randazzo les volvió a permitir ganar por poco. «La necesidad de que haya un candidato peronista en la Provincia es indispensable. No tenemos un candidato filoperonista jugando a favor nuestro. No nos sirve que no lleven un candidato a gobernador. El favor era poner uno en vez de dejar el espacio vacante«, se quejaron entre las filas de Santilli.

La negociación en pleno desarrollo que el cordobesismo mantiene con Larreta y Morales tampoco está exenta de tensiones.

Esta mañana, durante la presentación de la escudería bonaerense, Rodríguez Larreta eludió una pregunta sobre su relación de amistad con Massa. Morales, su compañero de fórmula, zafó porque no fue el destinatario de la consulta, pero repitió que «Sergio» es una careta nueva, pero atrás están los mismos. El paso en falso que tengan ambos sobre Massa será aprovechado por Bullrich, que aparece más sola frente a todo el entramado de acuerdos que cerró Rodríguez Larreta.

La escenografía larretista de este sábado sumó un gesto esperado por el gobernador jujeño: todos los precandidatos presentes respaldaron la represión en la provincia norteña y avalaron la denuncia de Morales sobre haber evitado un presunto «golpe de Estado». Espert fue más lejos y dijo que demandará penalmente a los cuatro diputados del Frente de Izquierda que fueron a Jujuy.

Del otro lado de la interna, la exministra de Seguridad aparece sola en JxC, pero cuenta con el respaldo del diputado de ultraderecha Javier Milei, que el 13 de agosto sólo buscará ratificar su precandidatura presidencial porque no tiene competencia interna. La cosecha que obtenga en las PASO determinará parte de lo que vendrá. Su evolución está directamente ligada al futuro de Bullrich. Si Milei se desinfla, ella podría crecer. Pero si el economista se mantiene competitivo luego de las primarias se va a profundizar el vínculo con Bullrich y, al mismo tiempo, los crujidos internos de JxC.

«Massa-Rossi puede tener un piso más bajo que la fórmula Wado-Manzur, pero es más competitiva», resumieron dentro del PRO que responde a Rodríguez Larreta. «Wado les garantizaba un piso más alto porque concentraba a todo el votante kirchnerista. Massa pone en riesgo eso de entrada y nunca logró revertir los números de su imagen negativa», estiman en el larretsmo. En otras latitudes del mismo espacio temen que esa alquimia sea un obstáculo para las ambiciones presidenciales del alcalde porteño y que su rol se diluya ante un antagonismo de Massa – Rossi con Bullrich – Petri.

Ahí vuelve a tallar la Provincia de Buenos Aires. Luego de la presentación de la lista completa que lidera Santilli, el médico y diputado Facundo Manes bajó su precandidatura presidencial. En el larretismo ya lo cuentan como propio y todavía resta saber cómo jugará en la campaña.

El clima de soledad que rodea a Bullrich en JxC se completa con Elisa Carrió, que será candidata al Parlasur por la lista de Larreta.

Los 40 días antes de las PASO están por empezar a correr. La atención se posará este domingo en las elecciones cordobesas, donde se medirá el impacto del intento de Larreta y Morales de sumar a Schiaretti. No avanzaron más para evitar la ruptura. Luis Juez lidera la lista de unidad de JxC, pero los números no le auguran una victoria. Si el schiarettismo logra sobrevivir a su líder, el gringo será sucedido por Martín Llaryora y la interna entre Larreta y Bullrich podría sumar sorpresas.

La Ciudad de Buenos Aires está a un paso de transformarse en una retaguardia para Larreta. Su destino correrá por la interna entre Jorge Macri y el radical Martín Lousteau, que antes del cierre sumó a Graciela Ocaña. La diputada bajó su precandidatura a jefa porteña y encabeza la lista para la Legislatura, en un poroteo que reúne a larretistas malheridos y radicales para confrontar con el primo del expresidente por el destino del distrito originario del PRO. «