“Ganar la Provincia es central, pero si el resultado no es bueno, el marco nacional será diferente”, aseguró a Tiempo uno de los funcionarios más cercanos a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, que buscó diferenciarse de las buenas expectativas que exudan los principales voceros del Gobierno en el bunker de Cambiemos en Costa Salguero. En los cálculos previos que maneja el equipo de campaña bonaerense del oficialismo, pronostican una victoria de tres puntos sobre Unidad Ciudadana, pero las apreciaciones de optimismo sobre el mayor distrito electoral comenzaron a confundirse con la incertidumbre del escrutinio.

“No vamos a terminar como en las PASO con un resultado a las 4 de la mañana, pero recién vamos a tener números contundentes cerca de la medianoche y no antes”, aseguró otro ladero de Vidal, que relativizó las certezas que había comunicado la Casa Rosada, sobre la posibilidad de contar con el 50% de las mesas bonaerenses escrutadas a las 23. Esta vez, quizás para evitar el bochorno vivido en las primarias, los voceros de la Casa Rosada anticiparon que “los primeros números que aparezcan en el escrutinio definitivo van a mostrar diferencias que se irán reduciendo hasta la medianoche”. La explicación técnica aporta la justa dimensión de la cautela que intentarán mostrar desde Cambiemos sobre el resultado final en tierra bonaerense.

Sin embargo, por fuera de las expectativas cruzadas sobre la provincia, los voceros del oficialismo hablan de una posible victoria en la provincia de Santa Fe, el segundo distrito donde se vivió un “cabeza a cabeza” en las primarias entre los candidatos de Cambiemos, encabezados por Albor Cantard, y de Unidad Ciudadana, con el ex ministro Agustín “Chivo” Rossi en la cabeza de lista. La diferencia que contabilizan a favor del oficialismo en Santa Fe sería cercana a los 12 puntos, con un segundo lugar para UC y un tercer lugar para el socialismo, que tiene en sus manos el gobierno provincial, bajo el liderazgo de Miguel Lifschitz.