A pesar de las expectativas que se alimentaron después del acto en La Plata, que incluyó un nuevo slogan y alfiles que la deseaban presidenta, Cristina Fernández de Kirchner confirmó que no competirá por ningún cargo en 2023. La decisión implica un cambio radical en el escenario electoral inmediato y a partir de allí se multiplicaron las interpretaciones.

Con el paso de los días, el renunciamiento de la vice se fue asentando, por lo que el mapa político debe, obligatoriamente, rediseñarse por completo. Tanto el oficialismo como la oposición comienzan a reacomodar sus piezas en un tablero que ya no cuenta con la ficha más importante del juego.

Lejos de los deseos de la oposición, el director de la consultora Julio Aurelio – Aresco, Federico Aresco, sostiene que más allá del impacto que generó su baja no habría mayores cambios en el volumen de votantes del Frente de Todos. Esto responde, principalmente, a que más allá de que la dos veces presidenta no aparezca con su nombre en las listas, sí tendrá un rol fundamental en el armado de las mismas, por lo que sus votantes fieles -entre 25% y 28% del padrón- depositarán su confianza en quien su líder política decida que es el indicado.

A pesar de la fidelidad, el todavía unido Frente de Todos se enfrenta al conflicto de tener muchos posibles presidenciables, pero pocos posibles electos. Ante esto, Aresco alerta que esta situación responde, en mayor medida, a la complicada gestión que tuvo el oficialismo. “La vicepresidenta deberá elegir si apoyará a un candidato que sea ideológicamente compatible con el kirchnerismo o alguien con una visión más amplia. El primero, tendrá problemas para subir votos en un más que posible balotaje; el segundo, captará más votos de un electorado independiente, pero no será de su núcleo duro”. Con esta última elección, el cristinismo podría correr el riesgo de replicar la tensa relación y diferencias políticas que existen con el actual presidente. Un eterno volver a empezar.

En un escenario de primarias, numerosas consultoras sostienen que CFK era quien mejor se posicionaba en una hipotética competencia entre Sergio Massa, Axel Kicillof, Wado de Pedro y Alberto Fernández. Sin embargo, esa diferencia no hubiese sido suficiente para garantizar el triunfo ante la oposición, que, a pesar de las mediáticas fracturas, continúa liderando las encuestas nacionales. Frente a esto, el politólogo y CEO de Opinión Lab Diego Reynoso sostiene que la renuncia de la vicepresidenta “abre una ventana potencial de negociación, tanto puertas adentro como afuera”.

Reynoso sostiene que, en caso de que el Frente de Todos continúe unido, deberá haber recomposiciones en las relaciones para evitar mayores catástrofes. En la misma línea, la expansión del círculo a su alrededor podría ser el salvavidas que tanto busca el oficialismo: “Desde hace tiempo la vicepresidenta está armando un encuadre discursivo para ampliar su espacio. Su idea principal es acercarse al radicalismo. Pero, en este momento, no se puede ofrecer lo mismo que se les prometió en el 2007, en caso de acordar, esta vez tendrán que darle el premio mayor.” La promesa de aquella elección fue la vicepresidencia, que la ocupó el controversial Julio Cobos. Hoy, según la hipótesis del politólogo, el oficialismo debería cederle la presidencia al radical que decida cerrar filas con el frentetodismo, una situación que disgustaría a más de un seguidor.

Aunque intenten que no sea así, cualquier movimiento del oficialismo repercute en la variable de la oposición. Si bien nunca hubo una postulación oficial, y él mismo pidió en televisión abierta que “no lo suban ni lo bajen de nada”, desde que llegó a Qatar Mauricio Macri bajó el notable ritmo electoral que supo tener en las últimas semanas. Con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta peleando codo a codo por ser el ganador de esta pulseada, y con la ya anunciada baja de su principal rival político, ambos consultores sostienen que la postulación del ex presidente “no tiene sentido”. Con lenguaje futbolero, tal como le gusta al ex dirigente de Boca, la vicepresidenta salió de la cancha, pero se llevó un jugador del otro equipo con ella.

A más de cuatro meses del cierre de listas, Cristina Fernández de Kirchner tiene por delante una de las decisiones más cruciales para el futuro del peronismo. A su debido tiempo, y sea quien sea la figura elegida, el candidato deberá recoger el guante de una crisis política e institucional presente en todos los partidos y una economía que no acompaña ni a las más delirantes fantasías. En cuanto a cuándo será la ocasión para comunicar la decisión, ambos consultores coinciden que será en tiempo Cristina: un bombazo de último momento, que, sin dudas, dará que hablar.  «