Callado, obediente y dueño de un exagerado bajo perfil. Escoltaba a Mauricio Macri a cada sitio que visitó durante su presidencia, en recorridas por viajes cortos, largos, dentro y fuera del país. Darío Nieto es uno de los hombres de mayor confianza de Macri y eso para el ex presidente, un hombre que sospecha de todo su entorno, es mucho.

Del 2015 al 2019, Nieto manejó, entre otras cosas, la agenda privada del ex mandatario: reuniones oficiales, encuentros protocolares, actos institucionales y los off con periodistas selectos cuando el ingeniero ocupaba el edificio de Balcarce 50. No es casual que el propio Nieto sea uno de los nombres que más resuena en el PRO duro de la Ciudad, para quedarse con la vicepresidencia primera en la Legislatura porteña, una vez que asuma Jorge Macri como Jefe de Gobierno.

Pero para ocupar ese cargo, el actual legislador de Vamos Juntos encontrará resistencia entre los principales integrantes del espacio político, porque consideran que no cuenta con el apoyo necesario de todos los partidos que, por ahora, conforman Juntos por el Cambio en la Ciudad. Uno de los argumentos más sólidos para que no asuma Nieto en ese cargo, es su pésima relación con un sector mayoritario de Unión por la Patria. Y no es para menos.

Desde hace varios años, Darío Nieto supo ganarse el descontento de un sector importante de la política tras haber sido acusado e investigado en la causa de “espionaje ilegal” que realizó Macri durante su mandato presidencial.

Al llegar Macri a la Casa Rosada, Nieto asumió junto a Mariano Lomolino, como secretario privado del Presidente. Hombres clave para todos los actos (oficiales y no tanto) que realizaba el ex presidente. En junio de 2020, Darío Nieto fue acusado en el caso por presunto espionaje, cuya orden judicial incluyó un allanamiento en su casa que involucró el secuestro de su teléfono celular. Hasta entonces, Nieto, junto a Fernando de Andreis y Gustavo Gómez Repetto, trabajaba al lado del expresidente en un rol semejante al de secretario presidencial.

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Las acusaciones que recaen sobre Nieto

Al ex secretario privado de Macri, se lo relacionó con Susana Martinengo, ex funcionaria investigada por el juez Federico Villena por su tarea de presunta coordinación del espionaje ilegal desde su despacho en la Casa Rosada. Martinengo era la secretaria de documentación presidencial, un área que dependía de Nieto.

En mayo de este año, los cuatro jueces de la Corte Suprema se excusaron de intervenir en la causa por espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri, que según la Cámara Federal respondió a una conducta de agentes marginales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) definidos como “cuentapropistas”. En ese momento, los “supremos” invocaron media docena de incidentes dentro de una misma causa, y manifestaron “nos excusamos de intervenir por las razones allí expresadas”. Sin dar demasiado detalles ni enfatizar en “los por qué” decidieron apartarse de esta causa que estalló en 2020 en los tribunales federales de Lomas de Zamora.

Cabe señalar que el juez federal de ese distrito, Federico Villena, detectó un armado sólido de espionaje ilegal sobre la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y otros dirigentes kirchneristas, pero también sobre referentes de Cambiemos, entre los que se encontraban el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y su entonces vicejefe Diego Santilli. La lista incluía dirigentes sociales, sindicales, eclesiásticos, organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos y, también, ex funcionarios y dirigentes del gobierno 2003 – 2015 encarcelados en el penal de Ezeiza.

Los inicios de Nieto

Comenzó su carrera como asesor ad-honorem del legislador porteño Jorge Sanmartino, leal al Ricardo López Murphy y empezó a trabajar en la juventud del partido. Pasó por el Consejo de los Derechos del Niño y Niña de la CIudad dónde según una testigo de aquella época, tuvo roces con su jefe, Bruno Domeniconi, y de allí, al despacho del legislador porteño Francisco Quintana, del riñón del entonces secretario de Gobierno porteño, Marcos Peña. Fue Peña quien le pidió a Quintana que le «cediera» a su colaborador para llevarlo a su equipo de campaña, ya con vistas a las elecciones presidenciales de 2015.

En Balcarce al 400, sede del PRO, Nieto manejó la coordinación de dos campañas a gobernador: las de Carlos Javier Mac Allister, en La Pampa, y la de Oscar Aguad, en Córdoba. Fue en esa sede partidaria donde Nieto conoció a su actual mujer, Guadalupe Fernández, que trabajó con Peña durante la gestión Cambiemos.

Deseos y objetivos de Mauricio Macri

No obstante, la designación de Darío Nieto a la vicepresidencia primera de la legislatura, depende del resultado de las elecciones del próximo 19 de noviembre. Una fuente del equipo de Jorge Macri, confesó que la designación de Nieto al mando de la legislatura, “responde a un pedido directo del ex presidente para que Mauricio maneje la entrada de los proyectos y el tratamiento, tanto de la oposición pero sobre todo del oficialismo”.

Otro de los nombres que resuenan para ocupar ese lugar, es el del actual vicepresidente primero de la Legislatura, Emmanuel Ferrario (VJ), del riñón de la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal pero que responde a Horacio Rodríguez Larreta. Ferrario asumió ese cargo tras la renuncia de Agustín Forchieri. La posibilidad de que siga en ese cargo, es decisión final es del clan Macri.

Paola Michielotto (VJ), es otro de los nombres que está en análisis para ocupar la vicepresidencia de la legislatura. Michielotto responde abiertamente a Cristian Ritondo. Entre las propuestas, también se encuentra el legislador de Vamos Juntos Matías López, un hombre leal a Diego Santilli. Ingresó a la legislatura en 2019 y renovó su banca en la lista de Jorge Macri en el tercer lugar.

Por último, Patricia Bullrich también propuso a uno de sus preferidos. Se trata de Juan Pablo Arenaza, el hombre que, en la último sesión del jueves pasado le gritó “idiota” a la diputada porteña del FIT, Alejandrina Barry, por su apoyo al pueblo palestino.