El ex agente de inteligencia Rolando Barreiro confirmó ante el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que el falso abogado Marcelo D’Alessio tenía relación con el fiscal Carlos Stornelli y con el juez Claudio Bonadio. “Quiero decir que el señor Marcelo D’Alessio era el que tenía relación con Carlos Stornelli y aparentemente con Claudio Bonadio también. Digo esto porque a fines de 2018 me contacta una persona y me dice que necesitaba hablar con D’Alessio. Cuando le pregunto por qué lo quería contactar me dijo que había dos o tres empresas ligadas a la causa de los cuadernos -en realidad eran personas de empresas grandes – y me dice ‘porque mandamos a averiguar al juzgado cómo teníamos que hacer el nexo o el puente para hablar o hacer un tipo de arreglo’ y que le habían dicho que hable con una tal Alejandra, que sería una de las secretarias, no sé si de Bonadio o de Stornelli, que ella lo iba a orientar”.

El textual de la declaración de Barreiro parece demostrar que había una suerte de gestores de aproximación a Stornelli y a Bonadio para acercar a empresarios con voluntad de arrepentirse en la causa de las fotocopias de los cuadernos. La tal “Alejandra”, a la que aludió Barreiro, parece ser la abogada Alejandra Zizzías, una mujer cercana a Alfredo “Fredy” Lijo, hermano del juez Ariel Lijo, y últimamente allegada al juez Bonadio. Su apellido no figura, no obstante, en la declaración indagatoria del ex espía. “Cuando esta persona llegó a hablar con Alejandra, le comentó: ‘si vos querés tener una línea de contacto con Stornelli o Bonadio (creo que era indistinto, pero en referencia a la Causa Cuadernos y para llegar a uno de los dos, y esta Alejandra sería la secretaria de uno de o dos) tenés que hablar con Marcelo D’Alessio». Como si se tratara de la delantera de un equipo de fútbol ultraofensivo, la formación se recita casi de memoria: Barreiro, D’Alessio, ‘Alejandra’, Stornelli y Bonadio.

En esa secuencia falta un nombre: el del abogado que contactó a Barreiro para buscar un puente con el tándem Bonadio-Stornelli. “Preguntado para que diga quién era la persona que contactó en diciembre de 2018 para que lo contacte con D’Alessio y de ese modo pueda tener contacto con Stornelli y Bonadio dijo que esa persona se llama Jorge Passardi, es un abogado». En el registro del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal no figura ningún Jorge Passardi, pero sí en cambio aparece en el buscador de internet Google como titular de una empresa constructora.

Espionaje supremo

La extensa declaración de Barreiro confirma que hubo espionaje sobre dos jueces de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti. Barreiro -quien desmintió apodarse “el Francés”, dice estar desocupado y vivir gracias a su mujer que es dueña de un jardín de infantes- recordó que ocasionalmente trabajó como seguridad en country Saint Thomas, en el que vive y era vecino de D’Alessio. “Un día voy a la casa de D’Alessio para plantearle un tema vinculado a la seguridad del country a lo cual él estaba con una computadora trabajando y empezó a hacer alarde diciendo algo así como ‘va a haber un quilombo bárbaro, no entiendo este tipo cuándo viaja tanto a Panamá’ y esas cosas. Y me dice ‘¿vos podés creer este Rosenkrantz y el tal Rosatti?’ -que son los nuevos jefes de la Corte Suprema o algo así- y siguió diciendo ‘va a ver un quilombo bárbaro porque no van a poder explicar tantas entradas y salidas a Panamá y Miami’. Como que sabía los viajes de los tipos y nombró: ‘ya con el quilombo de los Panamá Papers era un desastre’ y cosas así, como que lo que él estaba viendo era eso”.

Paula y Elisa

Varias páginas de la declaración están centradas en la diputada oficialista Paula Oliveto. “Sé que hablaba por teléfono, por mensaje, que se reunía, me ha contado y he escuchado que fue al Congreso, que tuvo reuniones, y con Elisa Carrió me dijo que estuvo en un par de oportunidades», declaró Barreiro. Específicamente sobre lo que D’Alessio aludía a Oliveto, describió: “Lo que he escuchado de él, decir de él, era una relación de dar información, de que le pedía información sobre la política, sobre cuestiones vinculadas a esos temas, del perfil opositor y temas así». Los interrogadores buscaron profundizar esos datos: “Me decía que le pedían data sobre los opositores, o sea no lo llamaba Paula Oliveto sobre un modelo de auto, eran cosas políticas, hablaban de eso, según él. Nunca me refirió un dato puntual de tal tema, él sólo se expresaba así, sobre ‘data opositor’ (sic), no me decía qué hablaba pormenorizadamente con Paula Oliveto, qué hablaba con uno y otro (…) pero sí era cierto que hablaba con ella”.

¿Barreiro presenció alguna charla entre D’Alessio y Olivetto?

“Sí, telefónicamente sí. Nunca los vi personalmente. El hacía referencia a cosas como ‘la semana que viene tengo que ir al Congreso a ver a Paula Oliveto’ y sí telefónicamente sí, era Paula Oliveto; él siempre estaba mostrando que hablaba con tal o cual, sobre las personas que él conocía».

Para quién trabajaba D’Alessio

Ese es otro gran interrogante y Barreiro dio su versión: “La relación de él con la Embajada de los EEUU, lo que a mí me parece de lo que él dijo es que estaba muy ligada a la consultora del padre. Esa consultora es D’Alessio y algo más, él decía que en esa consultora, el socio del padre -que no recuerdo el nombre pero que tiene un nombre judío- lo relacionaba con los servicios que prestaba la embajada de EEUU”. La consultora a la que parece aludir Barreiro es D’Alessio Irol/Berensztein; ese D’Alessio es Eduardo Luis, padre del falso abogado, y Berensztein es el sociólogo y habitual columnista de canales de televisión Sergio Berensztein.

“Él decía –añadió Barreiro- que como ‘la consultora tenía muy buena relación con los EEUU porque le hace trabajos para ellos, que esa embajada era un muy buen cliente. Además, decía que hacía reportes de narcotráfico a la Embajada de EUU, al ministerio de Seguridad y a la AFI. Pero específicamente con el tema de EEUU él decía que hacía cuatro o cinco reportes anuales, que cobraba muy buen dinero, creo que serían unos diez mil dólares por mes y que eso era parte de su entrada y nivel de vida. Era una cifra en dólares que para mí era una suma importante”.

Los vínculos con el macrismo

El detenido D’Alessio tiene cercanías aparentes con el gobierno de Cambiemos desde su inicio. Según recordó Barreiro en su indagatoria (donde, valga la pena aclararlo, puede mentir todo lo que quiera), D’Alessio le ofreció una posibilidad laboral. “Cerca de las elecciones de 2015 (las presidenciales, no las PASO), un día me dice que en caso de que ganara Macri él iba a volver a Enarsa (la empresa estatal de energía en la que había trabajado durante el kirchnerismo, ndr), me dijo si me interesaba acompañarlo a eso porque él sabía de la corrupción de Enarsa y los robos de combustible de los pozos de Buenos Aires”.

“Ganó Macri y él asumió en ENARSA. Ahí me dijo que estaba armando lo que me contó, que esperara un mes o dos para armar eso, que me iba a llevar a trabajar. A la semana me dijo que él había renunciado por diferencias con el ministro Aranguren”.

“A finales de 2015 o comienzos de 2016 –continuó- me dijo que estaba armando un plan integral de seguridad que le iba a presentar a la ministra Bullrich, me pidió ayuda y consejos, por lo que me junté para hacer un intercambio de ideas. Efectivamente él le presentó el plan a Bullrich; a los tres o cuatro días le pregunté cómo le había ido, él me dijo ‘más o menos’, como que no le había dado mucha bola, porque Martín Berrier (un colaborador cercano a la ministra, ndr) se metía mucho a contrarrestar lo que él decía. El contacto con Patricia Bullrich existió, él me mostró los mensajes con ella, también hablaba mucho con una secretaria de Bullrich, a la que usaba de contacto para hablar con ella”.

Otra situación en la que Barreiro vinculó a D’Alessio con Bullrich fue la detención del ex titular de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), Marcelo Mallo. “D’Alessio participó en la entrega de Marcelo Mallo, que salió por Crónica TV, donde se los ve hablando”, recordó.

Arrepentido

Después de la extensa declaración, la defensa de Barreiro pidió acogerse al régimen del arrepentido, por lo que el diálogo siguió a solas con el fiscal Juan Pablo Curi. Alcanzaron un pre-acuerdo, pero Barreiro todavía no fue aceptado como imputado colaborador. El juez Alejo Ramos Padilla deberá analizar la propuesta probablemente antes de fin de semana.