El productor periodístico Pablo Martín Kuperszmit ratificó ante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que los realizadores del programa de TV Animales Sueltos le encargaron tomar imágenes “de asalto” de una reunión entre el financista arrepentido Leonardo Fariña y el periodista Daniel Santoro, durante un almuerzo en un restaurante de Palermo. El objetivo era captar a Fariña y Santoro cuando salieran del local gastronómico para utilizar esas imágenes en el primer programa de 2018, pero la situación se desmadró porque el camarógrafo estaba a punto de terminar su turno y la guardia periodística se precipitó. Entonces el falso abogado Marcelo D’Alessio, quien aparecía como “muy dueño de la situación” y estaba armado sentado a esa mesa, los interceptó y los obligó a dar explicaciones.

Según Kuperszmit, antes de que advirtieran su presencia, D’Alessio tenía el arma apoyada sobre la mesa. Y esa secuencia habría quedado grabada en la filmación original (el “material en crudo”), que no fue lo que se vio al aire en el canal América. Fariña desmintió la situación del arma: “eso no fue así; yo no lo habría permitido. Él tenía el arma no sé si puesta en la cintura o si cuando se paró la sacó del portafolio, pero el arma no estuvo nunca sobre la mesa”.

En esa reunión se conocieron D’Alessio y Fariña. Con el arma sobre la mesa o en la cintura, el financista estuvo durante horas junto a un desconocido armado. Su vida corrió peligro. Los custodios que le asigna el Ministerio de Justicia estaban afuera del restaurante y sólo se acercaron cuando vieron la situación con el equipo del canal de TV. Pero según Kuperszmit, tuvieron una actitud pasiva: “no   hicieron nada, recién intervinieron después de que el señor D’Alessio actuó y su intervención fue casi pasiva solamente se limitaron a  rodearnos, ninguno de ellos tomó la palabra, el único que tomo la palabra fue D’Alessio como si fuera la voz cantante o el líder del grupo, como si se reportaran a él de una forma”.

También podés leer: Ramos Padilla llamó a indagatoria a un periodista de Clarín por su colaboración con D’Alessio

“En el año 2018 yo estaba trabajando como cronista en el programa Animales sueltos, desde hacía más de un año. En el marco de mi trabajo me ordenaron que fuera a cubrir un encuentro que iba a suceder entre uno de los panelistas del programa, Daniel Santoro, y Leonardo Fariña. Yo me encontraba, me acuerdo perfectamente, haciendo una nota en la localidad de Carlos Keen, partido de Lujan, y recibí un llamado del coordinador de producción, Fabián Gijón, para que me dirigiera de forma urgente a un restaurant en la zona de Palermo donde se iba a producir este encuentro entre Santoro y Fariña, con la consigna, con el objetivo de tomar imágenes de forma sigilosa, sin que Fariña lo advirtiera”.

“Así como me lo ordenaron dejé la nota que estaba haciendo y me dirigí junto al camarógrafo hacia la zona de Palermo en el auto de él, con el cual habitualmente nos desplazábamos al restaurant cuya dirección me la había mandado Fabián Gijón a través de whatsapp con una tarjetita del restaurant donde figura el nombre y la dirección, resultó ser la cantina Grappa, ubicada en el Salvador y Carranza, en el barrio de Palermo, y arribamos entre la una y las dos de la tarde de ese 22 de febrero de 2018.  Cuando llegamos, yo lo primero que hice fue tratar de cerciorarme de que Santoro y Fariña se encontraran dentro del lugar, así que de forma sigilosa me acerqué, miré a través de los vidrios y finalmente descubrí que se encontraban dentro del lugar y que estaban ubicados en una mesa al fondo contra la pared”, recordó el productor periodístico.

Allí montó guardia pero una circunstancia laboral alteró los planes. “Creo que faltaban diez minutos de las 4 de la tarde, el camarógrafo me manifiesta que se cumplía su horario a las 4 y se tenía que retirar. Entonces en el grupo de whatsapp que teníamos en la producción manifesté que la reunión todavía continuaba y que el camarógrafo se tenía que retirar ante lo cual recibí la respuesta del productor General de Jotax, la productora que está a cargo del programa Animales Sueltos, José Núñez, de que como fuera consiguiera imágenes de ese encuentro”.  

Cumplió la orden. “Esto nos expuso mucho, tanto que a los pocos minutos o segundos de quien estaba haciendo las imágenes me grita ‘nos descubrieron’ y viene un tipo con un arma a buscarnos (…) No tenía un arma en la mano, pero si tenía una pistola aquí colocada en la cintura y de una forma bastante violenta, muy dueño de la situación, me empezó a interrogar sobre quiénes éramos y qué estábamos haciendo. Inmediatamente que salió esta persona, esas personas que yo había visto al principio sentadas en la puerta del bar, en las mesas de la cantina y que sospechaba que podían ser parte de la custodia de Fariña, se pusieron de pie y nos rodearon”.

La persona armada era D’Alessio. “Me dijo que no podía estar haciendo eso, que no podía estar ahí, que no podía desconocer que Fariña era un testigo protegido y que él pertenecía al Ministerio Público. (…)  Por su accionar, por su actitud, por ser el único que se dirigió hacia a mí, yo lo interpreté como que era el jefe de la seguridad, que estaba a cargo de la seguridad”.

La ofuscación del falso abogado pareció una puesta en escena, pues él sabía de la presencia del equipo periodístico. ¿Cómo lo sabía? Santoro trabajaba en tándem con D’Alessio. Según la declaración de Kuperszmit, a la que accedió Tiempo, “Santoro también se manifestó sorprendido aunque claramente él estaba al tanto de que íbamos a ir al bar, él fue el que suministró la información de que tenía este encuentro con lo cual, tal vez para tratar de obtener el objetivo de obtener la nota, trató de hacerse un poco el desentendido”. Cuando D’Alessio encaró al productor, le manifestó que por su actitud había “puesto en riesgo la posibilidad de concretar la entrevista con Fariña”.

Ramos Padilla le preguntó a Kuperszmit qué significaba “imágenes robadas”: “Significa que eran imágenes sin el consentimiento de uno de los protagonista,  en este caso Fariña. Eran   imágenes que queríamos obtener sin el aval de una de las personas que iba a aparecer”.

Sobre el arma, el productor declaró: “La ve primero el camarógrafo, porque yo estaba afuera   junto al camarógrafo y él estaba haciendo foco con la cámara y ve toda la secuencia de cuando este hombre tenía en la mesa el arma, la toma, se para, se la coloca en la cintura, se la acomoda   y viene a encararnos. Yo creo que en la imagen original, en el material crudo probablemente esté la secuencia completa desde que toma el arma de la mesa y se la pone en la cintura. Yo no sé si lo conservó la productora Jotax o alguien tiene ese material. Yo no lo tengo”.