(1) 23 de noviembre de 1997, se juega el clásico rosarino. Omar Palma tira un corner y un defensor de Newells rechaza hacia el medio. Eduardo Chacho Coudet para la pelota de pecho al borde del área y le pega con los cordones. La clava contra el palo, lejos de la estirada de Goycoechea. Para festejar el gol, Coudet se pone de cara a la hinchada, aletea, saca pecho, agita espasmódicamente la cadera, los brazos, la cabeza.

(2) El aleteo de una mariposa se puede sentir del otro lado del mundo. Este proverbio chino le sirvió al matemático y meteorólogo Edward Lorenz para formular su teoría física conocida como “efecto mariposa”: una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, puede generar efectos considerables a mediano o largo plazo. Pensemos, por ejemplo, en el chino que, según la leyenda, se comió un guiso de murciélago a finales de 2019.

(3) Cuenta Mick Jagger que no le gustaban las fiestas del colegio porque le daba miedo sacar a bailar a las chicas. Tampoco le gustaban los pasos de baile que su madre le quería enseñar. Más tarde  descubrió los clubes de ska caribeños del centro de Londres, y a James Brown, y a Little Richard, y se le abrió un nuevo mundo. Dice Jagger: “No era solo el baile, era la energía. Los tambores y el baile, la interpretación del ritmo, debe ser la forma de expresión más primitiva del espíritu humano”. Cuando su hermano le pregunta por el video de Moves like Jagger de Maroon 5, Mick responde: “Me sentí halagado, y es agradable ver las conexiones entre generaciones, porque yo también lo usé en mi época”.

Lo que el hermano no le dice, probablemente porque no lo sabe, es que el aleteo de Mick (y por ende el de James Brown, y el de Little Richard, y así) ya había provocado un video similar, diez años antes, en Argentina. El video de Yo no me quiero casar, ¿y usted? de Turf, no sólo es anterior al de Maroon 5 sino también bastante más auténtico. En ambos casos hay gente que intenta bailar como Jagger, y es probable que los contendientes argentinos sean técnicamente más limitados, pero también se nota que no son meros imitadores, sino que su actitud, apariencia y movimientos están atravesados por la cultura a la que pertenecen.

Entre los 3282 comentarios del video de YouTube de Yo no me quiero casar, ¿y usted?, hay un gran porcentaje que se pregunta qué será de la vida de los concursantes, sobre todo del que aparece con la remera 22, que no por nada resultó ganador. El usuario @marcelotolosa4601 dice: “Es amigo de mi viejo. Hoy, 17 años después, está casado y es papá. Lo amamos”. Otro dice: “Si no me equivoco el ganador iba al querido Invasión Bailable de Isidro Casanova (ahora templo evangelista)”. Otro dice: “Es el Pipi Romagnoli. 100% rolinga argentino”. Otro dice: “Quién hubiera pensado que hoy los rolingas estarían casi extintos”.    

(4) Los rolingas son una subcultura argentina tan autóctona que no existe en los países vecinos ni tampoco en el país de origen de la banda que venera. No voy a extenderme mucho sobre sus características generales ya que en Wikipedia se puede encontrar un artículo muy completo que incluye ítems como orígen, apogeo, actualidad, bandas rolingas argentinas, vestimenta, comportamiento, ambientes y lugares, y conflicto con la tribu urbana punk. Hay algunos datos del artículo, sin embargo, que me interesa apuntar.

Comportamiento: “Los rolingas poseen un sentido de pertenencia fanático por su barrio, su escuela, su grupo de amigos, la banda a la que siguen y su equipo de fútbol. Cuentan con una serie de ritos relacionados directamente con el fútbol: el uso de banderas con inscripciones relacionadas con su banda, cánticos de fútbol con letras hablando de su banda o del desprecio por una banda que les disgusta, y encienden elementos pirotécnicos como las bengalas. También escriben graffitis simples en las paredes”.        

Ambientes y lugares: “Los rolingas están fuertemente arraigados a la zona oeste del conurbano bonaerense. Suelen vivir en barrios de clase baja y media baja. En sus momentos de recreación van hacia parques públicos, estadios de fútbol, pequeños clubes, bares y pubs, y ferias artesanales o comerciales”.

(5) La cuenta de Instagram Algo más que fútbol propone una selección de futbolistas rolingas: Burgos, Turdó, Boldrini, Ortiz y Cardozo; Nardoza, Lamadrid, Cornaglia y Pocho Insua; Carranza y Pandolfi. DT: Rubén Darío Insúa. Como suele suceder, el recorte generó polémica entre los comentarios. Las ausencias más reclamadas son Cordone, Coudet, Romagnoli, Silvera, Pisculichi, Osvaldo, Lucho González, Patón Guzmán, Machin, Chatruc, Vella, Ojeda, Kmet, Vivaldo, Padra e Irace.

Según Wikipedia, el origen de los rolingas fue a mediados de los ochenta, su apogeo entre 1995 y 2004, y su declive desde esta fecha en adelante, con la tragedia de Cromañón como punto de quiebre. Los jugadores de esta selección son coherentes con esta línea cronológica. Hay, sin embargo, una distinción que esta lista no tiene en cuenta y que me parece importante destacar. No es lo mismo un rolinga que unstone. Stone puede ser cualquier fanático de la banda, mientras que el rolinga debe reunir las características especiales que ya vimos. Es decir que existe entre ellos una relación de género / especie: todo rolinga es stone pero no todo stone es rolinga. Con esto en mente, creo que al menos Burgos, Vivaldo, Lamadrid, Pandolfi, Osvaldo (que por algo se hacía llamar Dani Stone y no Dani Rolinga), y Rubén Darío Insua no deberían ser tenidos en cuenta.           

Encontrar un técnico para este equipo no es tarea sencilla, ya que ser rolinga exige un nivel de energía y militancia que por lo general se va perdiendo con los años. El diseñador Ferdeluca tiene un video en YouTube en el que hace un Scaloni rolinga en un minuto. Para transformarlo, le va agregando digitalmente flequillo, chalina, pelito largo atrás, cigarrillo, arito y remera con la lengua. El resultado final está muy bien logrado (más aún teniendo en cuenta que Scaloni quedaría mucho mejor como punk, de hecho es increíblemente parecido al cantante de Loquillo y los trogloditas) y le permite concluir a Ferdeluca que “este Scaloni rolinga te abre un tetra con los dientes”.

Pero si hablamos de técnicos rolingas reales, creo que por actitud y rendimiento el Chacho Coudet es sin duda nuestra mejor opción, aunque habría que pedirle que abandone esa bufanda milonguera que usa últimamente como cábala. 

(6) A fines de 1970, Jagger le encomendó al artista plástico John Pasche un logotipo para los Rolling Stones. “Quiero algo simple y que hable por sí mismo, como el logo de Shell”, le dijo. Así nació la famosa lengua stone. En 1984, Pasche vendió definitivamente a la banda las regalías de su diseño por 26.000 libras, en la que pareciera ser una de las peores jugadas económicas de todos los tiempos.

La lengua stone aparece en todo tipo de objetos en todo el mundo, pero en Argentina tuvo una vuelta de tuerca que ni Jagger ni Pasche ni el más voraz abogado podrían haber imaginado. La gente la empezó a llevar en colgantes, remeras, tatuajes, parches y banderas pero con los colores de su equipo de fútbol. También se puede ver en la cartelería de pequeños comercios como kioscos, ferreterías o talleres mecánicos. (Un fenómeno similar, y quizá aún más curioso, se da en Argentina con Los Simpsons, y sobre todo con el personaje de Homero). El proceso de apropiación es el mismo de los cantitos de hinchada pero llevado a la imagen. Esto se podía ver en casi todas las canchas argentinas pero el caso más emblemático seguramente sea el de los Racing Stones, una facción de la hinchada que se hizo conocida a principios de los 90. Según un artículo titulado Racing Stones: los pelilargos de la Acadé, “un joven de extensos rizos formuló junto con sus amigos una forma de vida que rebasaba la imaginación en el mundo de las hinchadas. Ese joven de nombre Marcelo, mezcló su pasión musical con la futbolera y erigió a los Racing Stones, un grupo de chicos que no se regían por las leyes de La Guardia Imperial (Barra brava oficial de Racing) y que ideaban cualquier tipo de locuras para demostrar su pasión por la Acadé”.

(7) En su época dorada, era muy frecuente avistar jugadores rolingas en partidos no profesionales, sobre todo en plazas y canchitas informales. Si los programadores del FIFA sumaran una liga de tribus urbanas y pidieran información sobre las cualidades futbolísticas del rolinga amateur, habría que decir lo siguiente: Es flaco pero de huesos fuertes. Obviamente tiene flequillo. No distingue entre ropa de calle y ropa deportiva. Juega de jeans, zapatillas de lona y una remera con el cuello muy estirado. Su forma de juego y su vestimenta son acordes, aunque no queda claro cómo se dio este proceso evolutivo. Es decir, no se sabe si le gusta pisar la pelota porque usa zapatillas de lona o si usa zapatillas de lona porque le gusta pisar la pelota. El rollinga no es proclive a la marca ni a largar la pelota. Tiene buen remate de media distancia, pero muchas veces no lo aprovecha por hacer una de más. Puede jugar fumado o un poco escabiado sin que esto altere su rendimiento. Es desordenado tácticamente, pero es gallito y mete la pata más fuerte de lo que su contextura física parecería indicar.    

(8) Cuenta David Bowie en una entrevista en la tele de 2002 -en la que también está como invitado Tom Hanks- que la primera vez que vio a los Rolling Stones fue en 1963, cuando hicieron de teloneros de Little Richard en un club de Londrés. Dice Bowie: “No eran muy conocidos en esa época. Todos habían ido a ver a Little Richard. En un momento un tipo del público se para y grita: ¡Córtense el pelo! Y Mick lo mira y le dice: ¿Qué, y verme como vos?” Tom Hanks, el público y el entrevistador estallan de la risa, no tanto por la anécdota en sí, sino porque Bowie logra una muy buena imitación de ese Jagger juvenil y pendenciero.       

(9) Un personaje llamado Pablo Rolinga te enseña a bailar como Jagger en YouTube. Entre los pasos que enseña hay uno al que llama el gallo pulenta. Dice: “Con las alas al costado, y sacando pecho, como si fuera un sábado a la tarde y sos un hincha de Morón que va a jugar el clásico con Almirante Brown, y en algún momento se cruza con un hincha de Brown y le dice (moviendo el dedito): no existís, vos no existís”. Es atinada la dirección actoral de Pablo Rolinga, porque en este baile, la actitud o intención es tan o más importante que los movimientos en sí.

Mick Jagger acaba de cumplir ochenta años. Es decir, ya hubo muchos Jaggers. El que más influenció coreográficamente a los rolingas es el Jagger del video de Start me up de 1981. Pero si se piensa en lo actitudinal, esa cosa más provocadora y callejera, tendríamos que ir unos diez años antes, a la época de oro de los Stones, y a discos como Sticky Fingers o Exile on Main Street.              

En el festejo del gol del Chacho Coudet se puede apreciar la intención actoral que pide Pablo Rolinga. También se pueden ver las letras más gallitas de Jagger y Richards, y para nada importa si Coudet o cualquier otro se detuvo a analizarlas, porque la esencia de lo que dicen, ese ánimo desafiante, ya te alcanza desde los primeros golpes de la batería y la guitarra. Por ejemplo: Hey, you / get off of my cloud / don’t hang around cause two is a crowd. (Ey, vos / salí de mi nube / no te quedes porque dos son multitud) de Get off my cloud. O de la emblemática Street fighting man: Everywhere I hear the sound of marching, charging feet, boy / Cause summer ‘s here and the time is right for fighting in the street, boy. (Por todas partes escucho el sonido de pies marchando, cargando, chabón / Porque el verano llegó y es hora de pelear en la calle, chabón).     

(10) Marcelo Betbesé, ese joven de extensos rizos que en los 90 había formado los Racing Stones, hoy es jugador de póker profesional. En fotos de archivo se lo puede ver de jardinero y gorrita junto con Gustavo Costas, por entonces capitán de Racing. Dice Marcelo: “Con el gerenciamiento de Racing perdí el sentimiento. Necesitaba curarme. Me fui a Brasil y pusimos un barcito en Salvador de Bahía. Nunca quise tener un sueldo en Racing. Siempre tuve facilidad para los juegos de cartas y estrategias y me di cuenta de que era muy fácil ganar. Mi trabajo es jugar al póker dos mil horas al año. No estoy instalado en ningún lado porque dependo de dónde se puedan abrir mesas interesantes, ya sea China, Estados Unidos, o varios lugares de Sudamérica”.