Con la firme intención de dar a conocer otras aristas de la vida de los pueblos originarios que habitan nuestro país, el director Pablo Nisenson pergeñó un film tan sensible como declaratorio. Se trata de Cuentos de la tierra, una película totalmente filmada en blanco y negro filmada en Wallmapu, una extensa zona geográfica que abarca parte del sur de Chile y Argentina, durante dos años. De la filmación, reciñén estrenada en salas, participó un equipo multicultural entre el que se cuentan técnicos y protagonistas mapuches.

En pantalla, se da una mirada de autor sobre cinco historias que narran el modo de sentir del pueblo Mapuche. Ahí encontraremos a una niña en plena etapa de su escuela primaria, viviendo su cultura como un secreto, así como también la semblanza de un músico que siente el llamado de melodías que vienen de sus ancestros, entre otros relatos. Más allá de especificidades, Nisenson expone el amor y profundo respeto que los mapuches le profesan a la tierra y a la naturaleza, dejando en claro la importancia de cuidar al planeta en primera instancia. “Esta es una película que toca desde la emoción, algo que todos los que participamos de ella pudimos apreciar en las funciones previas al estreno, cuando muchos de los asistentes se quedaron a dialogar sobre lo que contaba el film. Creo que esas cosas son una especie de buenas primeras señales sobre el trabajo realizado”, dice el director.

“Hago cine desde hace más de treinta y algo de años. Después de un fracaso comercial, comencé a realizar documentales porque era la única manera de seguir filmando. El género me permite registrar temáticas sociales duras de nuestro país, pero luego incursioné en las temáticas ambientales. Podría decir que la película anterior que filmé, se llamó La mirada del colibrí (2017), es la historia de un ambientalista que lucha por la preservación de los humedales en el norte del Gran Buenos Aires. Esa película me llevó a pensar en cómo profundizar en el tema sobre lo que está pasando con la especie humana, que a todas luces se está suicidando. El pueblo Mapuche comparte su vida con la naturaleza y sus elementos, lo que me hizo encontrar un paradigma muy distinto, así que se me ocurrió que por ese lado podía darle vida a otra visión sobre la vida. La idea en general es aportar una mirada muy contraria a la de los medios hegemónicos”.


Entre la realidad y la ficción

Sobre los relatos de Cuentos de la tierra, Nisenson comparte: “Esta propuesta comenzó con una mirada documental. En el medio, los propios cuentos fueron pidiendo un acceso a la ficción, sobre todo porque nos encontramos con historias muy interesantes y de mucha realidad, así que buscamos actores que representasen el guión, entre los que participan Juan Palomino y Luisa Calcumil, entre otros. Por otro lado, hay muchos participantes que son personas de la zona de Neuquén y que trabajaron junto a nosotros”. La idea de hacer la película en blanco y negro surgió en el transcurso de la producción. “Fue una decisión estética. Si yo filmaba a la naturaleza con sus hermosos colores, entonces esos colores se destacarían por sobre la trama y la presencia humana. Lo que buscaba era la idea de ofrecer una especie de amalgama entre las distintas vidas que rescata la película. Para lograr eso, el equipo de vestuario trabajó con las texturas de las ropas para que se parecieran a las ramas. La utilización del plano secuencia también fue pensado para lograr un resultado armónico, porque tiene que ver con el transcurrir o con la visión que el pueblo de la región tiene sobre el tiempo y su devenir. Buscamos una manera de contar acorde a la cultura Mapuche”.

En muchas escenas de la película se observa lo duro del clima donde se desarrolló la filmación. Sin embargo, para Nisenson ese factor no resultó determinante. “Lo más difícil no fue enfrentar al factor del tiempo o del clima sino al Covid, lo que hizo que todo se extendiese a lo largo de dos años. La primera vez que llegamos a Rio Negro pasamos 15 controles, pero luego al llegar a Bariloche nos dimos cuenta de que estabamos contagiados. Fueron dos semanas encerrados en un hotel y luego de los hisopados pudimos salir a filmar. Dos años después de todo eso, nos volvimos a contagiar, justo cuando estábamos registrando una de las tramas finales de la película. Empezamos y terminamos con Covid, pero finalmente hoy estamos llegando al estreno formal de la película”.



Cuentos de la tierra

Un film de Pablo Nisenson. Con la participación de Juan Palomino y Luisa Calcumil. Sólo en cines.