El juicio por el caso Candela, uno de los crímenes más resonantes de los últimos años, comenzó con una extraña denuncia del principal sospechoso, Hugo Bermúdez, acusado de haber abusado y asesinado a la nena de 11 años. El hombre aseguró haber sido golpeado durante el traslado desde la Unidad 39 de Ituzaingó a los Tribunales de Morón por personal del Servicio Penitenciario Bonaerense. Sin embargo, los médicos que lo revisaron en la sede judicial descartaron que tuviera heridas actuales. Tras una serie de planteos y acusaciones de las partes, el juicio se reanudará el próximo miércoles con la presencia de veedores.

El debate empezó a las 10:10, aunque estaba previsto para las 9. El presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de Morón, Diego Bonanno, argumentó que el retraso se debió al pedido del abogado de Bermúdez, Juan Carlos Rey, para que los médicos examinaran a su cliente quienes determinaron que “no presentaba lesiones de reciente data”.

De todas maneras, minutos después, el propio Bermúdez pidió la palabra e insistió: “Quiero aclarar que estoy golpeado. Hay testigos que vieron cómo que me golpearon”. Al cierre de la jornada, el defensor y su pupilo, por recomendación del TOC 3 denunciaron el presunto episodio en la UFI Nº 5 de Morón.

A su turno, el fiscal Pablo Galarza reconstruyó los hechos de acuerdo a la instrucción realizada por su colega, Mario Ferrario, también presente en la sala del juicio. Galarza precisó que Candela Sol Rodríguez fue interceptada a metros de su casa en Hurlingham en la esquina de Coraceros y Bustamante por una camioneta Ecosport negra el 22 de agosto por la tarde.

Luego, la chica habría sido llevada a Villa Korea, en San Martín, hasta que un supuesto tiroteo entre bandas obligó su traslado a Villa Tesei, en Hurlingham, donde habría estado en dos domicilios: en Kiernan 992 y Cellini 4085. Luego de haberla abusado y asesinado, nueve días después del secuestro, el 31 de agosto, el cuerpo fue descartado en una bolsa de residuos a unas 30 cuadras de su casa, en Cellini y colectora de la Autopista del Oeste.

La fiscalía también recalificó el delito como «privación ilegítima de la libertad agravada por violencia seguida de abuso sexual y homicidio» e indicó que los tres acusados, Bermúdez, Leonardo Jara (sospechado de haber realizado la llamada extorsiva a la tía de Candela) y Fabián Gómez (quien habría aportado la logística del secuestro) actuaron en “connivencia dolosa” para llevar adelante un “plan previo” en el que los imputados y otros sospechosos aún no identificados “se distribuyeron roles y tareas” para cometer el hecho.

La incorporación de la figura de “abuso sexual” fue celebrada por Fabián Améndola, el abogado querellante que representa a la madre de la víctima, Carola Labrador. Sin embargo, las defensas de los tres implicados se quejaron porque al juicio llegaron acusados de otros delitos. Ese fue el primer intercambio de ideas, pero no el único.

También se generó un intenso ida y vuelta entre la parte acusadora y las tres defensas cuando la fiscalía y la querella pretendieron que se acepte en el debate la declaración del carnicero Roberto Aníbal, quien murió en medio de una curiosa explosión en su casa hace unos años atrás, y la de otros tres testigos que fallecieron antes del inicio del juicio. Esta cuestión se zanjará el próximo miércoles, cuando se reanude el proceso. Aníbal supo ser un “informante” de la Bonaerense y su testimonio, por el cual se logró relacionar a algunos de los sospechosos durante la instrucción, siempre fue puesto en duda.

Al mismo tiempo, las defensas rechazaron que se considere un “informe de análisis telefónico” que surgió de otra causa y que tramita en las fiscalías descentralizadas de Ituzaingó. Esa prueba fue elevada al TOC 3 el último día hábil del año pasado.

Por último, se dio un cruce bizarro entre Améndola y Rey. Es que el socio de Fernando Burlando se quejó de que el defensor no haya cuestionado en la sala a los jueces dado que “el día anterior, en el programa de Mauro Viale” había dicho que la justicia de “los Tribunales de Morón respondían” a los designios del abogado penalista Luis “El Bocha” Rappazzo, un reconocido operador judicial del oeste. Rey se defendió: “En ningún momento hablé de los jueces. Si él quiere defender al abogado Rappazzo que me querelle. No me parece bien traer al debate una cuestión mediática”.

Un rato antes, el juez Bonanno debió reprender a Rey porque exacerbaba su modo de hablar. Alejado de los términos jurídicos el letrado habló de la “ola naranja sciolista” en alusión al ex gobernador Daniel Scioli quien en “plena campaña y en connivencia con el Ministerio Público Fiscal armaron esta causa”. “Los fiscales me causan vergüenza”, se animó a decir.

Para concluir, el abogado Améndola solicitó “la presencia de veedores de la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, de la Procuración y del Colegio de Abogados” con el fin de alejar toda sospecha sobre el debate oral. Esta fue la única medida apoyada por unanimidad.

El próximo miércoles se reanudará el juicio con la presencia de estos observadores y se sabrá si el TOC 3 aceptará o no la incorporación de las pruebas cuestionadas. Recién después, la primera testigo del juicio, Labrador, daría su testimonio. La mamá de Candela estuvo ayer en los Tribunales pero no pudo estar presente en la sala porque deberá prestar declaración. Más temprano, la mujer había señalado a los medios que «en algún momento se va a llegar a la verdad», aunque reconoció que «hay mucha más gente implicada, como la policía, la política de ese momento, (el entonces ministro de Justicia y Seguridad bonaerense Ricardo) Casal y (el ex fiscal de la causa Marcelo) Tavolaro».