La situación en las provincias del noroeste del país a partir del desborde del río Pilcomayo, en especial en el territorio de Salta, es cada vez más dramática. Lejos de retirarse, las aguas de dicha cuenca han alcanzado su pico histórico por encima de los 7,28 metros, provocando desastres de todo tipo y sumiendo a la región en un estado de emergencia. Durante el fin de semana el secretario de Protección Civil de Salta, Néstor Ruiz de los Llanos, había declarado que “lo usual y esperable” era que el nivel el río tendiera a bajar, pero que el hecho de que se mantuviera “estable en el pico durante tantas horas no es bueno”. Su pronóstico resultó ser tristemente certero.

«Hemos desplazado a lugares seguros más de 8.500 personas con 1000 más que esperan en los lugares de avanzada para ser llevados a los centros o a casas de familiares. Los centros están ubicados en el área de la ruta nacional 34, seis centros están ubicados en Aguaray, uno en Campo Durán, dos en Tartagal y uno en General Mosconi, lo que hace un total de 2897 personas trasladadas y asistidas», explicó el funcionario. También confirmó la existencia de personas aisladas pero que sin embargo no necesitaban evacuación y que ya habían sido asistidas a través de un puente aéreo. Pero el Comité de Emergencia de la provincia informó que «el número de evacuados varía constantemente por la llegada de más familias y el retiro de otras que son albergadas en casas de familiares o vecinos solidarios», haciendo que sea muy difícil precisar el número real de evacuados. Por eso, a pesar de lo que reconocen los datos oficiales, otras fuentes indican que los evacuados ya superan los doce mil. Esa es la cantidad que informó tres días atrás Rolando Álvarez, miembro de Defensa Civil de Tartagal.

En las últimas horas la situación siguió agravándose como consecuencia de las lluvias incesantes producidas en Bolivia, sobre todo las ocurridas en la localidad de Villamonte. Es el producto de las precipitaciones registradas ahí lo que produjo que los ríos Colorado y Pescado aumentaran su caudal, desbordando aguas abajo del Bermejo y afectando a varios parajes cercanos. Si hasta ayer los pedidos de habitantes de pueblos como Nueva Esperanza y San Felipe eran angustiantes, hoy esa situación siguió extendiéndose hacia el sur.

Por otro lado, el responsable de Defensa Civil de la ciudad de Orán (Salta), Manuel Gutiérrez, denunció que el nuevo puente sobre el río Colorado “está mal construido”, ya que se lo ubicó “a la misma altura que el anterior, sabiendo ya los problemas que se presentaron con este”. En referencia a ello el funcionario agregó que si las precipitaciones se sostienen a este nivel “el agua podría afectar el puente nuevo y el viejo». Por su parte el Ejército continuará con la distribución de víveres con camiones y con botes, para ayudar a quienes deciden quedarse en sus casas por temor a abandonar sus hogares.

Pero Salta no es la única provincia perjudicada por estas inundaciones. Las tormentas que se produjeron en las últimas semanas también generaron problemas de todo tipo en Tucumán. Si bien algunos inconvenientes ya están resueltos, todavía se sienten las consecuencias del temporal en algunos caminos y varias rutas, como las 309, 347 y 307, que permanecen cortadas de forma total, o las 311, 340 y 304, que se encuentran parcialmente inhabilitadas al tránsito, registrándose cortes en distintos tramos.