Apenas tres días antes de meterse de lleno en los actos de conmemoración de la muerte del comandante Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro se anotó un pequeño triunfo, al conseguir un acuerdo con parte de la oposición para realizar el 20 de mayo las elecciones presidenciales y parlamentarias, tal como había propuesto el oficialismo. El Consejo Nacional Electoral (CNE) fue el que en principio no había dado lugar a este plan, cuando la fecha de los comicios se había fijado para el 22 de abril, más que nada por cuestiones operativas, pero finalmente lo habilitó, tras el acuerdo entre el gobierno y el sector minoritario de la oposición que aceptó participar de las elecciones, ya que la alianza de partidos que conforman la Mesa de Unidad Democrática (MUD) sostuvo su decisión de «no legitimar» los comicios. 

Con ese panorama, Maduro se adentrará mañana en una semana de celebraciones en todo el país, con actos centrales en Caracas, que recordarán el fallecimiento del líder bolivariano el 5 de marzo de 2013. Días antes de oficializar su candidatura, el presidente visitó Cuartel de la Montaña, en Caracas, donde descansan los restos de Chávez. «Hoy es un día histórico para Venezuela. Llegamos a este lugar sagrado llenos de energía para rendir honores a nuestro comandante invicto y decirle que no le fallaremos jamás», dijo frente a la tumba de su mentor político, su «padre», como dice el propio Maduro.

El «Acuerdo de garantías electorales» anunciado por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, fue suscripto por los diez partidos que apoyan la candidatura a la reelección del mandatario Nicolás Maduro y las tres fuerzas que postulan al exchavista Henri Falcón.

El documento recoge el texto no firmado durante el diálogo político en República Dominicana, que la MUD rechazó aduciendo que no satisfacía algunas de sus demandas, pese a que los puntos habían sido previamente acordados.

Entre sus cláusulas figuran el pedido de observadores a las Naciones Unidas, la reapertura del padrón electoral para permitir el registro de nuevos votantes y un acceso equitativo a los medios de comunicación estatales y privados.

El CNE tiene previsto el despliegue de 15 auditorías a las diferentes áreas involucradas en el proceso a fin de «garantizar la transparencia». A su vez, el gobierno promete que habrá 3000 veedores internacionales fiscalizando las elecciones.

Con la nueva fecha, el CNE extendió la fase de postulaciones hasta el viernes pasado, pero el Registro Electoral Permanente (REP) quedó abierto hasta el 10 de marzo, luego de lo cual comenzará formalmente la campaña.

Hasta ese día se habían inscripto Maduro, Falcón, el chavista disidente Reinaldo Quijada, los pastores evangélicos Javier Bertucci y Luis Ratti, y el general retirado –también chavista disidente– Francisco Visconti, aunque el CNE informó que sólo los cuatro primeros cumplieron todos los requisitos formales.

Casi simultáneamente con el acuerdo se conoció la decisión del partido de Falcón, Avanzada Progresista (AP), de abandonar la MUD, que había reprobado públicamente la postulación «unilateral» del dirigente contra la decisión de la coalición de no concurrir a los comicios. «Hasta aquí llegó nuestro compromiso con la MUD», afirmó el secretario general de AP, Luis Romero, en conferencia de prensa.

El acuerdo fue el fruto de negociaciones mantenidas en el encuentro «Diálogo para las Garantías Electorales» que funcionarios del gobierno y dirigentes opositores mantuvieron el fin de semana. Según Falcón, y no confirmado por los aludidos, participaron también el excandidato presidencial Henrique Capriles, de Primero Justicia (PJ); Luis Moreno, de Acción Democrática (AD), y Enrique Márquez y Stalin González, de Un Nuevo Tiempo (UNT), todos cuadros de la MUD. «