Por Moisés Ávila
Desde Lima, Perú

Pedro Pablo Kuczynski asume como presidente de Perú para el período 2016-2021, con el reto de reactivar la economía, combatir la inseguridad ciudadana y la pobreza.

El ex banquero de Wall Street sucede en el cargo a Ollanta Humala, y prestará juramento en el plenario del Congreso unicameral antes de ofrecer un mensaje a la Nación que, según adelantó, no excederá los treinta minutos.

Con una economía sólida pero con una informalidad del 70%, el nuevo presidente promete una «revolución social» que no sólo genere empleo sino provea de servicios básicos como agua potable a un 30% de la población que carece de ella.

También, pretende reactivar proyectos mineros clave para el país, paralizados por conflictos sociales ante temores de daños ambientales.

Para la toma de mando de Kuczynski, un tecnócrata altamente valorado por los mercados, están en Perú los presidentes Mauricio Macri de Argentina, Horacio Cartes de Paraguay, Enrique Peña Nieto de México, Michelle Bachelet de Chile, Juan Manuel Santos de Colombia y Rafael Correa de Ecuador. También se encuentra en Perú el rey emérito de España, Juan Carlos de Borbón.

El cardenal Juan Luis Cipriani, en la Misa Te Deum por Fiestas Patrias en la Catedral de Lima -última actividad oficial del saliente presidente Humala-, pidió este jueves al nuevo gobierno resolver «las enormes desigualdades como el acceso de los más pobres al agua, la seguridad, el hacinamiento y degradación en las cárceles, así como brindar una mejor atención en salud».

– Indulto a Fujimori -Kuczynski ganó la elección en un ajustado balotaje donde compitió con Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien cumple una condena de 25 años hasta 2032 por crímenes de lesa humanidad.

Pese a la derrota de la candidata, el partido fujimorista Fuerza Popular obtuvo mayoría absoluta en el Parlamento, con 73 de 130 escaños, frente a los 18 de Peruanos Por el Kambio, partido de gobierno.

Para llevar adelante importantes reformas, Kuczynski necesitará de su apoyo en el Parlamento. Analistas consideran que los fujimoristas pueden utilizar una reciente solicitud de indulto humanitario planteado por Alberto Fujimori para condicionar su apoyo.

Kuczynski ya adelantó que no firmará un indulto, pero se mostró a favor de promulgar una ley que permita que ciudadanos como Fujimori, de 78 años y salud deteriorada, puedan cumplir su condena bajo arresto domiciliario y no en la cárcel.

PPK, como se le conoce por sus iniciales, tiene planeado solicitar facultades extraordinarias para legislar, con el fin de asegurar algunas de sus reformas, como la reducción del impuesto a las ventas del 18% al 15%. Para ello, el voto fujimorista es crucial.

«Esperamos que la delegación de facultades sea parte de su discurso», dijo el congresista fujimorista Daniel Salaverry.

– Grandes retos -Humala (2011-2016) priorizó en su gestión programas sociales aplicados a sectores vulnerables. En su período, unos tres millones de peruanos salieron de la pobreza. «El sello de mi gobierno es la inclusión social», dijo en su mensaje de despedida la noche del miércoles.

En su condición de comandante retirado del Ejército, la ciudadanía esperaba mano dura con la delincuencia y autoridad. Sin embargo, la inseguridad ciudadana se incrementó y deja 152 conflictos socioambientales activados. Humala deja el poder con un 25% de popularidad.

El PIB de Perú puede crecer un 4% este año, mejor que sus vecinos, y la minería es un importante motor en la economía de este país, tercer mayor productor mundial de cobre. Los conflictos por temor a contaminación ambiental han impedido proyectos clave.

Para Kuczynski, la oposición radical a proyectos mineros se debió a que no se han resuelto algunos problemas vinculados a servicios básicos y demandas históricas de las comunidades.

Por ello plantea el denominado «adelanto social» para que, antes de la inversión minera, se resuelvan temas vinculados a salud, educación o trabajo en las localidades donde se planea desarrollar un proyecto y, si fuera necesario, flexibilizar la rigurosa normativa medioambiental para alinearla con la de Canadá.

En Perú, uno de los mayores productores mundiales de cocaína según la ONU, el narcotráfico es un flagelo y PPK reforzará la sustitución de cultivos de la hoja de coca por otros como el cacao o café, un plan que Perú aplica desde hace varios años. En su economía se mueven 8500 millones de dólares al año producto del narcotráfico.