Por un lado, el juez Claudio Bonadio ya puede entrar a partir de este jueves por la mañana a los tres domicilios de Cristina Fernández para buscar pruebas que la incriminen en delitos de corrupción, tras la aprobación por unanimidad. También podrá sacar fotos y realizar filmaciones, como las que aparecen en programas de televisión, ya que se rechazó el pedido de la senadora. Por otro, la ex presidenta aprovechó el escenario para defender su gestión, fustigar a Mauricio Macri por la situación económica y advertir sobre el “lawfare”, o guerra judicial que afirmó se impone en la región. “No me voy a arrepentir de absolutamente nada”, dijo. 

Tras una jornada en donde la votación final ya estaba anunciada, la expectativa se centró en el discurso de la ex presidenta. El texto aprobado con 66 votos autoriza los allanamientos y en el artículo 2 establece que el juez “deberá cumplimentar las diligencias procesales con la debida diligencia, prudencia y decoro, tutelando los derechos y garantías”. Sin embargo, los senadores del kirchnerismo y otros bloques no pudieron imponer la redacción alternativa que conminaba a Bonadio a “evitar filmaciones o fotografías” y “resguardar objetos personales” de Cristina, como así también “garantizar la presencia de los abogados”.

Cristina criticó el origen de la causa por la que desfilan frente a Bonadio empresarios ligados a la obra pública de los que dijo que se presentaron como “arrepentidos” y “son los mismos que blanquearon millones, descarados”, enfatizó. “Son fotocopias que han sido quemadas de cuadernos que nadie vio”, recordó y dejó entrever que podrían haber sido escritos este mismo año.

“La utilización del Poder Judicial como elemento de persecución y de proscripción de dirigentes populares es un modelo regional. Lo estamos viendo en Brasil. ¿Les suena? A mí me suena. Estamos en un momento en que ya no es necesario recurrir a los métodos de aquellas dictaduras, aunque ahora hay otra forma de desaparición, que es la liquidación mediática”, dijo. Y agregó, mirando a la vicepresidenta Gabriela Michetti: “Me puedan meter presa, pueden encarcelar gente. ¿Y ustedes creen que por eso la Argentina va a ser más gobernable?”.

«Junto a todo esto hay intenso fuego amigo», les dijo a sus compañeros del movimiento peronista. “Hay muchos hombres que de igual modo no llegarían nunca a la presidencia por el voto popular”, chicaneó. Y luego se dio el gusto de criticar a la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien por propia voluntad había denunciado que le habían robado de su casa $ 245.000 y US$ 50.000, pertenecientes a su Fundación Suma y luego quedó imputada y luego sobreseída. La senadora Fernández de Kirchner le preguntó: “A usted, señora presidenta, le encontraron bolsos con dinero en su casa. ¿Le allanaron su casa?” y Michetti respondió con la cabeza que no. Y luego, siguió respondiendo en Tweeter: “Todo mi patrimonio es la casa en el barrio Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires, en la que vivo hace 25 años. La realidad habla por sí sola”. 

Primero bajaron los de Cambiemos, luego se sumaron los del PJ Federal. El FpV ya había anunciado que iba a dar quórum. Y la sesión especial en la que se votó por primera vez en la historia el allanamiento de propiedades de un senador comenzó pasadas las 14.30. 


El senador Fernando “Pino” Solanas tomó la palabra para criticar la represión que ordenó este martes la gobernadora María Eugenia Vidal contra los trabajadores del astillero Río Santiago en La Plata. Le respondió el senador Esteban Bullrich, quien defendió a Vidal, pero lo hizo cuando el debate sobre el dictamen del allanamiento ya había empezado, por lo que se ganó el reto de Federico Pinedo. Bullrich era una figura esperada ya que la semana pasada Cambiemos no pudo garantizar asistencia perfecta porque se había ido a Europa. También había faltado la otra senadora ausente, la fueguina Miriam Boyadjian, quien este miércoles ingresó al recinto con lentes oscuros luego de ser operada de la vista, lo que motivó su faltazo anterior.

María Inés Pilati de Vergara, del FpV chaqueño fustigó al juez que lleva tres procesos contra la ex presidenta: “¿Sabés qué Bonadío? Mejor escaneate la cabeza, a ver si descubrimos que te queda una neurona republicana”.

El discurso más disonante de Cambiemos lo realizó Eduardo Costa de Santa Cruz, quien pidió que se declare la “inhabilidad moral” de Cristina Fernández para que sea excluida de la Cámara Alta.

Por su parte, el jefe del bloque del PJ Federal, Miguel Ángel Pichetto, se mostró preocupado por la “tensión que vive el Senado” y le dijo a Cristina: “Quédese tranquila que podrá ser candidata el año que viene”, una forma de adelantar que mantendrá la negativa a cualquier pedido de desafuero.

En la sesión hubo cinco ausentes: el expresidente Carlos Menem, la puntana Eugenia Catalfamo -de licencia por embarazo-, el correntino Carlos “Camau” Espínola (Justicialista), el neuquino Guillermo Pereyra (MPN) y la santiagueña Blanca Porcel de Ricobelli (Frente Cívico). 

Sobre el senador Memem pesó un pedido de desafuero a partir de una condena ratificada en segunda instancia. Sin embargo, nunca prosperó, en gran parte debido a la orden política de Pichetto de defender la banca un senador, posición que volvió a asegurar, mantendrá cuando toque votar un pedido de desafuero.