La primera reunión de la mesa electoral del Frente de Todos dejó abiertos los escenarios para la elección presidencial, pero tuvo la virtud de “blanquear” algunos secretos a voces que necesitaban ser reconocidos. En cierta forma, la reunión sirvió para sentar las bases para una discusión más franca en los meses por venir. Ya que, como nadie ignora, las decisiones sobre alianzas y candidaturas se toman pocos días antes de las fechas de cierre que fija el calendario electoral. De hecho, no pocas veces se resuelven ese mismo día.

Las principales verdades “blanqueadas” en el Frente de Todos fueron tres. La primera es que el presidente Alberto Fernández no es candidato natural a la reelección, tal como sucede habitualmente en los regímenes presidenciales. Él mismo ya lo había reconocido, meses atrás, al decir que haría lo necesario para que el Frente tenga el candidato más competitivo posible, y que eso podría incluir una competencia en las primarias. Además, ya estamos en 2023 y nunca lanzó su candidatura. Cosa que ya debería haber hecho. En la reunión reciente esto terminó de admitirse, ya que no se habló de su reelección y sí de Cristina Fernández de  Kirchner. Tal como admitió el nuevo jefe de Gabinete, una competencia interna que incluya al presidente en ejercicio sería “extraño”. Por lo tanto, si el oficialismo decide ir por otro camino, y dado que es probable que lo haga, parte de la campaña deberá incluir una buena explicación a la sociedad sobre el paso al costado presidencial.

La segunda verdad blanqueada es que CFK mide más que el resto, y que su candidatura es una posibilidad real. Aunque se denuncie “proscripción”, los propios términos de la discusión admitieron que eso no es tan así. Ello no quita que el enfrentamiento Gobierno-Justicia, encarnado por el juicio político a la Corte y la condena en primera instancia de CFK no vayan a ser parte de la narrativa de la elección, que promete ser polarizante. Ahí juegan juntos el presidente, el kirchnerismo y buena parte de los líderes provinciales y sindicales del peronismo, pero no está claro si Sergio Massa entra en un discurso así. La confrontación no es el tipo de política que más le gusta al ministro de Economía.

Y la tercera, que puede parecer una obviedad con el diario del lunes, pero que necesitaba ser blanqueada de una vez, es que los componentes del Frente de Todos -o como se llame el oficialismo en esta elección- saben que necesitan ir unidos. Una unidad estratégica defensiva frente al crecimiento de Juntos por el Cambio en las encuestas. Este dato, corporizado en la presencia de Máximo Kirchner y de los varios representantes del peronismo provincial y sindical, muestra que la dirigencia del oficialismo tiene la intención de mantenerse agrupada y retener a su base electoral. No es algo menor, considerando que durante la mayor parte de la gestión de Alberto Fernández hubo desacuerdos internos y una tendencia de los gobernadores a “cortarse solos” en las elecciones locales, todo lo cual se vio expresado en la fuga de votos que experimentó el oficialismo en las legislativas de 2021.

A partir de ahora, la unidad confirmada del oficialismo pone en marcha otras lógicas del año electoral. Es cierto que la gestión viene de capa caída, sobre todo por la dificultad de controlar la inflación y su impacto en los bajos ingresos, pero un peronismo unido siempre es competitivo, y esto Juntos por el Cambio no lo ignora. Durante más de un año, el debate dentro de JxC se basó en la convicción de que cualquier candidato que postulase ganaría la elección, y por eso “pudo darse el lujo” de tener una intensa interna. Sin embargo, frente a un oficialismo unido, JxC también necesita negociar su propia unidad y evitar que haya fugas de dirigentes y votos hacia otros espacios. Esto, sumado al crecimiento a nivel nacional del liberalismo de derecha que encarna Javier Milei, significa un juego de pinzas para la principal coalición opositora. Por eso, la mesa del FDT y su blanqueo de que el frente no es reeleccionista, no se disuelve e incluye la posible candidatura de CFK, ayudan a ordenar todo el mapa electoral del año.   «