El primer día de trabajo de Luis Caputo como ministro de Economía fue muy desprolijo y lleno de improvisaciones provocadas por las diferencias de criterio dentro de su equipo económico y, más importante, con referentes que tienen llegada al presidente Javier Milei.

Un anticipo de que lo que se vio este lunes sucedió el domingo, después de que Milei tomó posesión de la Presidencia. A media tarde, distintas fuentes del nuevo gobierno confirmaron que Caputo hablaría a las 8 de la mañana del lunes para hacer los anuncios económicos. Pero un par de horas después, esas mismas fuentes se rectificaron y señalaron que Manuel Adorni, el vocero presidencial, sería el único que hablaría ante la prensa.

Efectivamente, Adorni lo hizo a las 9, pero no tenía el dato (o no lo quiso transmitir) de que el Banco Central estaba por publicar una decisión de súper intervención del mercado de cambios, al punto de que cada operación con el dólar, de compra o de venta, debía pasar previamente por su control para ser autorizada.

Al mediodía, el BCRA había autorizado solo cuatro operaciones de cambio por menos de U$S 10 millones, es decir, la nada misma para una economía que mueve un promedio de U$S 200 millones diarios en promedio entre importaciones y exportaciones.

Pero Adorni no dijo nada de todo eso. Y se despidió con un “hasta mañana” que duró solo dos horas. En una nueva convocatoria de urgencia, el vocero presidencial presentó los resultados de la primera reunión de Gabinete, básicamente la declaración de sujetos sospechosos a todos los empleados públicos de la administración nacional y los docentes y no docentes universitarios.

El énfasis de Adorni en este tema tapó lo otro: que la decisión del Banco Central dejó sin referencia de precio del dólar a toda la economía, desde el comercio exterior al simple pago de tarjetas de crédito.

Las tarjetas de crédito y la casta bancaria

Este último aspecto mostró las marchas y contramarchas de Economía y el Banco Central sobre el dólar y el estado de precariedad en el que se encuentran las decisiones centrales del equipo económico.

La primera decisión de los bancos fue bloquear todos los pagos que los clientes comenzaban a hacer para saldar los resúmenes de sus plásticos. Dio la casualidad de que este lunes (y mañana martes también) vencen una enorme cantidad de resúmenes, especialmente en los grandes bancos. Y en muchos de ellos están presentes los gastos en dólares.

Al bloquear la cancelación de la tarjeta, los bancos derivaron a sus clientes el riesgo cambiario, que en este lunes es altísimo: si el banco aceptaba un dólar a $ 370 y mañana se producía la tan anunciada devaluación, las entidades financieras hubieran corrido con el quebranto ya que esos pesos no le alcanzarían para adquirir los dólares para remitir a los vendedores del exterior. Al impedir el pago, el costo de un dólar más caro en pesos quedaba en manos del cliente.

Ante las quejas y reclamos, los bancos resolvieron adelantarse a la devaluación oficial y dieron un zarpazo devaluador: pasaron a cotizar el dólar a $ 500, es decir, un 35% más caro que el cierre del jueves 7. Con ese valor en los bancos más grandes (la libre competencia hace milagros), reabrieron la posibilidad de pago de los resúmenes de las tarjetas.

Hubo entidades que quisieron llevar el dólar a un valor mucho mayor en previsión a una devaluación que podría ubicarlo en torno de los 700 pesos.

Ajuste profundo o muy profundo

Las idas y venidas son una constante en el equipo de Caputo, quien aún no pudo cerrar su plan económico. El loteo del Gabinete y del equipo económico le juega en contra desde el minuto uno de juego.

La principal diferencia está en la magnitud de la exageración que parece una marca de esta administración. Hasta el divulgador y docente Juan Carlos de Pablo lo consideró así: en declaraciones a Radio Mitre, aseguró que el dibujo que trazó Milei en su discurso inaugural «es una imagen que él hace, decir ‘prefiero exagerar las cosas que van a ocurrir para que después no sea peor'». Milei dijo en las escalinatas del Congreso que el gobierno emitió por “20 puntos del PBI”, el déficit fiscal y del BCRA llega a 17 puntos del PBI y que la inflación está en camino de marchar a un ritmo del 15.000% anual.

Pero en el Ministerio de Economía hay algunos que se tomaron en serio esa exuberancia y pregonan llevar a fondo el ajuste de 5 puntos del PBI aplicado exclusivamente sobre el gasto estatal. Equivale a reducir en un 20% el Presupuesto de la administración pública nacional que el ex ministro Sergio Massa había previsto para 2024.

Este grupo está enfrentado a otro que asegura que la devaluación y las mayores exportaciones redundarán en mejores ingresos fiscales y que, por lo tanto, no es necesario aplicar un ajuste de esa magnitud.

Todo indica que el primer grupo lleva las de ganar.

El quinto piso de Economía, donde se sienta Caputo, vio pasar a Santiago Bausili, presidente del Banco Centra; Vladimir Werning, que será el vice de la entidad; Carlos Guberman (Hacienda); Pablo Quirno (Finanzas); Eduardo Rodríguez Chirillo (Energía); los asesores Martín Vauthier y Federico Furiase, que vienen de trabajar con Caputo en la gestora de fondos Anker; y los sobrevivientes de Massa: Leonardo Madcur (irá como director argentino ante el Fondo Monetario); Marco Lavagna (Indec) y Flavia Royon (Minería).