El Conurbano Bonaerense es un territorio de fuertes contrastes económicos, tan acentuados como lo son los sociales. En rigor, lo económico y lo social están íntimamente ligados, tanto como que uno es la base material que sostiene al otro.

La relación se demuestra a través de un vínculo concreto: la correspondencia entre el Producto Bruto Geográfico (PBG) y las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Según un estudio del Observatorio del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento, en seis de los siete partidos del Gran Buenos Aires (GBA) que tienen un PBG per cápita alto las NBI son bajas. La excepción es San Fernando. En el siguiente nivel, de ocho partidos del GBA con un PBG medio, cuatro tienen NBI medios, tres presentan NBI bajas y sólo uno, Ezeiza, posee niveles elevados de necesidades básicas insatisfechas. Del otro lado, seis de los nueve partidos con Producto Bruto Geográfico bajo muestran elevados niveles de NBI. Los tres restantes, San Miguel, Lomas de Zamora y Berazategui, se encuentran en un nivel más arriba.

“La correlación entre PBG y NBI muestra una heterogeneidad importante entre un grupo de partidos de desarrollo social y económico alto, otro conjunto con un nivel de desarrollo socio económico bajo, y los demás partidos de ingreso medio con niveles variables de pobreza estructural”, reseña el informe elaborado por el Observatorio.

Este mapa se vincula, a su vez, con el de la estructura productiva del Conurbano Bonaerense. La heterogeneidad marca esa estructura. La diversidad se muestra en la diferente escala de productividad de las actividades económicas, desde las de muy baja productividad hasta el puñado de empresas de distintos rubros que conforman un núcleo duro de elevada productividad debido a inversiones de capital y tecnología.

Entre las principales ramas de actividad figura la agricultura. No debe llamar la atención: una parte del periurbano bonaerense, un territorio rural empleado para la producción de hortalizas ubicado entre el Conurbano y La Plata, asoma sus bordes en las mitades más cercanas a la capital provincial de los partidos de Berazategui y Florencio Varela y algo menos en La Matanza. Se trata de municipios con Producto Bruto Geográfico per cápita bajo.

En el otro extremo, la producción industrial está concentrada en cinco municipios: Vicente López, General San Martín, Tres de Febrero, Avellaneda y La Matanza. Si bien los autores del trabajo del Observatorio sobre producción y ocupación no esbozan una conclusión determinante, sí señalan que los cuatro primeros municipios forman parte de los que poseen un Producto Bruto Geográfico elevado y un bajo nivel de Necesidades Básicas Insatisfechas.

La actividad de la construcción es más fuerte en municipios con PBG alto o medio, salvo el caso de La Matanza, en donde la amplitud de su geografía define territorios con niveles muy diferenciados de desarrollo económico y social y en donde la construcción se concentra en las zonas más dinámicas de ese partido bonaerense.

En el caso del comercio muestra facetas de lo más diversas, desde las ferias de trueque, que han retornado en barrios periféricos de Merlo, José C. Paz y San Miguel, hasta los centros de compra que aglutinan en grandes superficies hasta dos centenares de locales que combinan venta de artículos, gastronomía y entretenimiento.

 El último “mapa” superpuesto con los anteriores es el del perfil socio-ocupacional. En ese sentido, coinciden las zonas con NBI elevadas y con las que muestran altos porcentajes de trabajadores no registrados, que en Moreno, José C. Paz, Merlo y La Matanza superan al 50% de la fuerza laboral. Respecto del nivel de estudios, también coinciden las zonas con menores niveles de NBI y mayor PBG con las que presentan mayores porcentajes de población con elevados niveles de instrucción. Es el caso de Vicente López, San Isidro, Morón, Avellaneda y Tres de Febrero. En cambio, en distritos que se encuentran en el otro extremo el nivel de estudios es más básico: Florencio Varela, José C. Paz, Ezeiza, Malvinas Argentinas y Moreno.

“Existe una heterogeneidad significativa entre los partidos de la región, encontrando las situaciones económico-sociales más favorables en el norte de la región, en particular dentro del primer cordón que configura una subregión (Vicente López, San Isidro, Tres de Febrero) de perfil industrial, de producto per cápita elevado, bajos niveles de carencia por NBI, combinado con la proporción importante de población ocupada registrada y con elevados niveles de instrucción”, concluye el trabajo. El resto del Conurbano Bonaerense navega entre los márgenes económicos y una clase media a la que le cuesta defender su posición. El reto del desarrollo está plenamente vigente. 