Son las 4 de la mañana y Norma ceba sus primeros mates del día. Mira por la ventana y sabe de antemano que el sol acompañará la cosecha de su siembra. Ella junto a su familia colecta los productos de estación, los embala y rápidamente emprende su viaje diario de 34 kilómetros para vender tomates, lechugas, pepinos, zanahorias y remolachas. “Son todos productos agroecológicos sin pesticidas ni agroquímicos”, explica con orgullo Norma Araujo mientras su mirada denota el trabajo realizado desde hace años.

“Estoy muy orgullosa del trabajo que venimos haciendo desde hace años con mi familia, somos 35 personas que trabajamos todos los días y que vendemos nuestros productos en el Mercado de Bonpland y sin intermediarios”. Norma y su familia crearon la Cooperativa Agropecuaria de Productos Familiares de Florencio Varela, y luego de casi 20 años de historia, hoy no pueden seguir vendiendo sus productos. “Cada integrante de la familia tiene su propia producción: verdura, huevos de campo, pollos. Estamos muy decepcionados de Larreta que vino a clausurarnos el mercado porque este es nuestro único sostén de vida”, termina Norma.

En esta situación se encuentran alrededor de 2000 familias que comercializan sus productos en el Mercado Público de la Economía Solidaria, ubicado en Bonpland 1660 del barrio de Palermo. Esta semana, Tiempo sacó a la luz la situación de quienes conforman este espacio que denunciaron mediante un comunicado de prensa que “están siendo acosados por constantes inspecciones de la Agencia Gubernamental de Control (AGC)”. El 11 de marzo se acercaron inspectores de la AGC y Clausuraron por Obstrucción de procedimiento, con intervención policial para labrar una Contravención. “Argumentaron que en el edificio no tenemos finalización de obra. Le estamos pidiendo a Larreta que instruya a sus funcionarios, tanto de la AGC como a la Dirección de Desarrollo Gastronómico que tiene a cargo este mercado, a los bomberos, a seguridad e higiene y a Bromatología; y que se pongan de acuerdo para ver qué más le falta al mercado para que el final de obra se concrete”, cuenta a Tiempo Rosa Zambrano, integrante de la mesa de organizaciones del Mercado de Economía Solidaria.

El gobierno porteño culpa a los trabajadores del Mercado de Bonpland de algo que el propio ejecutivo es responsable, e introduce a los integrantes de las cooperativas en una encerrona: Si no hay final de obra no hay habilitación del mercado. “Pero ese trámite es responsabilidad del gobierno porteño, ellos tienen que hacer todos los pasos”, agrega Rosa.

Hace más de diez años que quienes integran el Mercado de Bonpland, vienen solicitando al gobierno porteño que tienen que realizar el final de obra, que deben concretar el mantenimiento y las obras correspondientes para que lo puedan habilitar. “Si no nosotros no podemos habilitar nuestros puestos. Nosotros no somos ocupas, tenemos nuestros permisos individuales de usos, pero no podemos habilitar los puestos si no terminan la obra del mercado”, cierra Zambrano.

Karina Cortés es integrante de la Cooperativa Soncko Argentino que contiene a cientos de productores, diseñadores, artesanos y artistas plásticos. En el Mercado venden sus productos hace muchos años. “Nosotros tenemos un taller donde realizamos nuestros productos, y vivimos de lo que vendemos a diario. Es por eso que este cierre nos afecta enormemente porque no podemos comercializar nuestros productos, estamos desesperados”, afirma. La cooperativa Soncko Argentino está compuesta por alrededor de 11 familias que cuenta con 12 unidades productivas y en promedio tienen alrededor de más de 120 clientes mensuales. “Le exigimos a Larreta que se haga cargo y que ponga en condiciones este mercado así podemos trabajar. Somos 2000 familias que quedamos en la calle por este cierre que es responsabilidad del gobierno porteño”, agrega.

El mercado de Bonpland era un edificio que pertenecía a la familia Alvear. En 1910, doce años antes de que Marcelo Torcuato de Alvear asumiera como Presidente de Argentina, donaron estas instalaciones al municipio de la Capital Federal con una única condición: Que en el lugar se instale un mercado del Abasto. “Desde entonces el mercado Alvear funcionó durante mucho tiempo, incluso en los peores momentos de crisis. Es por eso que tiene esa estructura de una calle en herradura que lo rodea”, cuenta a Tiempo Guillermo Varela, Tesorero de la Cooperadora del Mercado de Bonpland. En pleno apogeo, el mercado Alvear recibía los productos por la entrada posterior que se ubica sobre Ángel Carranza. Estructura que se sigue conservando y que representa una parte importante de la historia del barrio de Palermo. “En el 2001, en medio de la crisis económica, en estas instalaciones nació la Asamblea de Palermo viejo, y las organizaciones empezaron a tratar de recuperar el mercado que estaba en condiciones edilicias lamentables. En el 2002 el techo se vino abajo y de los que manejaban el mercado en aquel entonces quedó sólo un comerciante”.

El gobierno de Aníbal Ibarra puso en condiciones el lugar, luego continuó con las obras Jorge Telerman, y cuando asumió Mauricio Macri como jefe de Gobierno, el mercado recibió algunos reacondicionamientos por parte de su gestión. “Es por eso que no entendemos por qué nos clausuraron el lugar, da toda la sensación que ya vinieron con la clausura redactada”, termina Varela.

Jornadas de lucha y visibilización

Este viernes y sábado, los trabajadores y trabajadoras del Mercado, realizan diferentes actividades para informar a la comunidad lo sucedido y poner en agenda la situación de más de 2000 familias. De 10 a 20 horas realizan una Feria en la calle, luego la Asamblearia y CECOPAF instalan una radio abierta, donde hablará cada una de las organizaciones que conforman el Mercado. Ambas jornadas están integradas por talleres de dibujo, lectura de cuentos y talleres de indumentaria y textil.