El Frente de Todos volvió a elegir como bunker el Centro Cultural «C» Art Media del barrio porteño de Chacarita, lugar donde festejó Alberto Fernández su victoria para la presidencia en 2019, pero esta vez el clima no fue el mismo en la carpa que se montó sobre la calle corrientes. La prensa acreditada estuvo aislada de la dirigencia política que se mantuvo en el edificio donde al comenzar la tarde se informó se esperaban unos 500 invitados ubicados en distintos pisos para mantener el distanciamiento social. Allí estuvo el escenario principal, donde luego de las 22:30 el presidente salió a reconocer la derrota. 

En la carpa ventilada, se podían observar pantallas leds con el slogan “la vida que queremos” y lenguaje inclusivo en distintas placas de colores.  Además de dos mesas largas ubicadas en el centro para que periodistas pudieran hacer su trabajo, había una barra con café y facturas que cerca de las 21 luego de que se conocieran los primeros resultados del escrutinio provisorio se transformó en sanguches y gaseosa. La música fue variada, algo de rock nacional y cumbia (aunque no sonó elegante). Un gripo de militantes estuvo sobre Dorrego y corrientes bajo los rayos del sol primaveral.  

Las primeras caras del oficialismo llegaron a la carpa después de las 18.30, luego de la conferencia del ministro del Interior Eduardo Wado de Pedro en el Correo Argentino, informando sobre el cierre del acto eleccionario. Frente a los tres micrófonos se pararon el flamante ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, la titular de PAMI, Luana Volnovich, y la vicepresidente del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados Cecilia Moreau. 

Para ese momento los datos que se iban conociendo por boca de urna mostraban un triunfo de los precandidatos del FDT en la provincia de Buenos Aires que era celebrado con orgullo por el oficialismo y un empate entre Leandro Santoro y María Eugenia Vidal. Los tres funcionarios destacaron la participación de la gente en las elecciones, pese a las dificultades de la pandemia, el corrimiento del calendario electoral gracias a una ley del Congreso y la participación de los adultos mayores en el marco del protocolo especial que se tomó como medida.  «Queremos agradecer a los votantes y argentinos y argentinas que, en un momento difícil, se acercaron a votar”, señaló Vulnovich. Pese al optimismo, esquivó la pregunta de Tiempo sobre la “buena” elección que parecía hacer el oficialismo en la Capital Federal: “Es un triunfo de los argentinos” respondió sin más detalle. 

Poco antes de conocerse oficialmente los resultados del escrutinio provisorio y de una nueva conferencia de “Wado” en el Correo, el turno de los discursos en la carpa fue para Ignacio De Mendiguren, titular del BICE; la Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidades Elisabeth Gómez Alcorta y la diputada Cristina Álvarez Rodríguez. Una sutil frase de la sobrina nieta de Evita llamó la atención, ya que de alguna manera trató de bajar el nivel de festejos que se vio por televisión en la ciudad de La Plata. En un escenario, Victoria Tolosa Paz, Daniel Gollan, Máximo Kirchner y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se anticipaban a un resultado que no llegó. Por esa hora, la creencia era que están 7 puntos arribas de Diego Santilli, candidato del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. 

Precavida, Álvarez Rodríguez pidió no repetir experiencias anteriores en donde hubo festejos anticipados como en el año 2015 cuando se creía que Daniel Scioli ganaba las elecciones presidenciales frente a Macri.   La euforia de las primeras horas de la tarde por una supuesta victoria en CABA y provincia de Buenos Aires comenzó a bajar cuando los resultados mostraban que no era ni una ni la otra. El silencio absoluto invadió el bunker y el cronograma de conferencias de prensa se interrumpió, ya ni voceros ni funcionarios sabían cómo iba a seguir la hoja de ruta.  Alberto Fernández, que estuvo toda la tarde en Olivos, llegó a Chacarita poco después que Cristina Fernández de Kirchner que voló desde Santa Cruz. A la carpa no volvió nadie. Para ese entonces se reconocía, entre los pocos oficialistas que bancaron la parada con la prensa una derrota del gobierno a nivel nacional. Con este panorama, la composición del Congreso de cara octubre cambia perjudicando las metas del gobierno de cara a los próximos dos años de mandato y los rumores de cambios en el gabinete cobraron mucho peso.