El Mundial llega con una agenda cargada para Ángela Lerena. Será la primera mujer de televisión abierta argentina en comentar a la selección masculina en una Copa del Mundo en la TV Pública, estará todas las noches a las 23 también en la señal estatal y seguirá con Todos Somos Técnicos en el canal TNT Sports cada vez que juegue Argentina. Pero antes de los días de Qatar y de instalarse en Doha, la periodista vuelve a su infancia, a una frase que la marcó a fuego. “Estoy feliz recordando cuando mi abuela Tata, Marta, me compraba la revista El Gráfico a los 11 o 12 años. Ella me decía que podía hacer lo que quisiera. ‘Si querés, vas a ser presidenta’, me dijo. Ahora pienso que presidentas solo hubo dos en Argentina y comentaristas en la televisión solo una. Falleció hace un montón pero la tengo muy presente y siempre me emocionó cuando pienso en ella”, cuenta antes de zambullirse en Qatar 2022.

-¿Qué es el fútbol para vos?

-Es mi amor más duradero y la pasión de mi vida. Fuera de las personas, es el amor más grande. Es el combustible para levantarme todos los días, sé que voy a hacer algo que me gusta y a veces me sorprende a mí misma seguir tan enganchada después de tantos años. Estudio todo el día, siempre tengo algún libro para leer, un documental para ver o algún equipo que quiero conocer más. Seguir con esta avidez después de 27 años de carrera y 40 de futbolera, es un montón.

-¿Sos la primera mujer comentarista en una transmisión o es la primera vez que la televisión integra a una comentarista en la competencia masculina?

-No lo había pensado así, pero son las dos cosas. Igual hay más mujeres en la transmisión y van a hacer historia. En la TV Pública también están Sofi Martínez, acompañando a la Argentina, y Lola del Carril, en relatos. La TV Pública hace una cobertura con tres mujeres, de las cuales dos vamos a hacer algo por primera vez: primera comentarista y también primera relatora. Supongo que es más importante así, a nivel colectivo y además hay que sumar a los otros medios públicos como DeporTV, que también lleva mujeres, y las radios y canales del interior del país. Va a ser una cobertura con muchísimo protagonismo de las mujeres por suerte.

-¿Es casual que ocurra en los medios públicos?

-Siempre son los medios públicos. Son muy importantes y habla del rol que cumplen para la sociedad. En Fútbol para Todos (FpT) también fue algo histórico cuando sumaron a Viviana Vila en los comentarios y a mí en campo de juego. Esta transformación del FpT no tuvo vuelta atrás, desde que empezó a haber mujeres en las transmisiones de cada fin de semana ya no paró. Los medios públicos fueron los primeros. Se armó mucho revuelo porque decían que estábamos por cupo y no por capacidad, que estaba mal que el Estado gastara dinero en dos mujeres. Pero cuando FpT se terminó por decisión del macrismo, los medios privados empezaron a contratar mujeres para las transmisiones y hoy somos varias las que participamos. Los medios públicos dieron el puntapié inicial para que después siguiera el resto del ecosistema de medios. Acá va a pasar lo mismo: las mujeres vamos a ganar más protagonismo o más relevancia en los próximos Mundiales.

-¿Lo ves así, sin vuelta atrás?

-Estoy segura que la presencia de la mujer en el deporte y en el fútbol en particular no tiene vuelta atrás. Hoy pasás por una cancha de fútbol cinco y siempre hay mujeres jugando, hay muchísimos torneos mixtos, en los colegios también se incorpora el fútbol para mujeres, pasás por un barrio popular y en el potrero hay mujeres jugando. Eso lo hace irreversible porque las mujeres ya tomaron al fútbol como propio, lo sumaron y no las hacen sentir un bicho raro como me pasó a mí cuando era chiquita. Parecía que había algo malo en mí porque me gustaba el fútbol. Hoy es muy natural y es lo que va a generar que mañana haya más mujeres periodistas deportivas. Además de que somos muchas más, lo que cambió es algo cualitativo. Antes podíamos tener un rol más o menos periodístico pero sin brindar la oportunidad de que demos la opinión, la dueña del saber o la que dice si es penal o no. En su mayoría era un rol más decorativo: eran las simpáticas o las divertidas del programa. Hoy las mujeres analizamos, comentamos y podemos ser las poseedoras del saber en determinadas transmisiones y no pasa nada. Eso cuando era chica era muy difícil. Enseguida te decían “qué hablás de fútbol si sos mujer”. La mujer podía mirar, estar ahí colada pero nunca ser la que daba la opinión o decir “sí, es offside”.

-¿Qué miradas pueden aportar?

-No hay nada biológico que nos haga diferentes para hacer periodismo. Lo que sí veo es algo cultural: las mujeres nos formamos más. Sabiendo que estamos más expuestas o cuestionadas, somos conscientes de que tenemos que tener conocimiento y las mujeres estamos muy formadas. Todas las mujeres periodistas deportivas hacemos cursos, nos mantenemos al día con conceptos tácticos o de marketing. Toda mujer periodista deportiva con la que hables siempre se está formando, estudiando y sumando conocimiento porque sabe que va a ser muy exigida. Hoy en promedio las mujeres estamos más preparadas que los varones.  

-¿Qué sociedad imaginás encontrar en Qatar?

-Tengo una dualidad porque por un lado quiero denunciar lo que me parezca injusto en relación a las desigualdades de género y a la vez no quiero mirar a una sociedad con ojos eurocéntricos y de Occidente. Lo primero que voy a hacer es observar y tratar de comprender a la sociedad. Igual no creo que conozca mucho el verdadero Qatar porque Doha es una ciudad con una enorme mayoría de extranjeros y los qataríes están bastante aislados, sin cruces con los turistas. No creo que en un Mundial se muestren más de lo habitual. Trataré ir a templos, a mercados y saber cómo viven pero creo que tal vez lo que vea va a ser de alguna manera artificial. Me gustaría ir a lugares donde haya pocos turistas y gente local. Es lo que suelo hacer en las vacaciones.

¿Qué te pasa cuando mirás para atrás y repasás los hitos de tu carrera?

-En lo personal siento que tenía razón: las mujeres podemos hablar de fútbol. Cuando quise estudiar periodismo deportivo, me decían «pero si sos mujer de qué vas a trabajar». En el primer trabajo me volvieron a marcar que era mujer. Cuando pedí conducir, volvieron a repetir lo mismo. Son trabas y el feminismo me fue dando herramientas para entender lo que pasaba. Son cuestiones culturales: las mujeres no tenemos ninguna cuestión genital ni hormonal para entender el fútbol, solo que no nos dejaban acercarnos, aprender, participar y ahora que lo estamos haciendo queda en evidencia que tenemos la misma capacidad que los hombres. Por supuesto, hay que formarse, tener talento y no todo el mundo puede trabajar de esto. Pero si estás capacitada y te formás, una mujer lo puede hacer perfectamente. Hace unos años me invitaron a dar clases sobre periodismo deportivo y género en la UBA. Busqué historias de mujeres que fueron las primeras en su profesión y cómo recibieron mucho rechazo. Parecía ridículo porque hoy lo tenemos naturalizado. Por ejemplo, Cecilia Grierson, la primera mujer médica, a quien no la dejaban atender hombres, ni inscribirse en la facultad y le costó muchísimo. “¿Para qué queremos una mujer médica si tenemos médicos?”, decían. Cuando se discutía el voto femenino, también decían para qué van a votar si los hombres toman decisiones por ellas. Ahora sería ridículo que alguien cuestione a una médica. Pero a nosotras, las periodistas deportivas, nos hacían eso. Les decía que algún día iba a ser natural que una noticia de deportes o un comentario deportivo lo dé una mujer y ya no les iba a llamar la atención. Vamos hacia eso. No estamos 100 por ciento ahí pero estamos muy bien encaminades.

-En el camino, recibiste mucha subestimación pero seguramente también mucho respaldo.

-Peleé mucho durante mi carrera y también hubo muchas personas que creyeron en mí independientemente de mi género. Por ejemplo, Mauricio Baratucci, que hoy trabaja en TV Pública y fue mi jefe en TyC. Fue el primero que me dio un equipo para cubrir: el Boca de Bianchi. Era algo que nunca había hecho una mujer y me tocó. Lo que más gratificación me da es cómo técnicos y jugadores respetan mi visión del juego. Además me siento muy querida por el ambiente, saben que nunca busqué polémicas ni fue agresiva con ellos. Me interesa el juego y la parte humana, pero no desde el chisme o el escándalo. Estoy súper agradecida con todo el fútbol argentino y por supuesto también con el femenino, donde nos amamos. «