¡Hola! ¿Cómo están?

Todavía hay personas en Argentina que no saben que la Selección de fútbol femenino va a jugar un Mundial.

Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Haga circular esta información.

La Copa del Mundo arranca el 24 de julio para la Selección, que debutará contra Italia y que ayer se despidió del público con un triunfo 4-0 en un amistoso contra Perú en San Nicolás ante 20.000 espectadores.

El fútbol femenino vive un momento histórico desde 2015 a esta parte, con records de audiencias y públicos, con clubes que abren la disciplina, con niñas que sueñan con ser futbolistas.

Sin saberlo, el equipo nacional eligió como punto de despegue para un torneo en el que busca su primer triunfo en un Mundial FIFA un lugar base. Y si no miren esta foto de mujeres jugando al fútbol en San Nicolás, en 1915. 

Es la segunda imagen histórica del origen de la disciplina, después de la que apareció en Rosario, de un partido jugado en 1913, que Bianca Ossola contó en esta nota. Y fue publicada por la fototeca de la ciudad. La inteligencia artificial nunca podrá con el archivo.

La foto todavía no tiene más información que la que se ve. Las alpargatas sucias de patear es lo que yo no me canso de mirar. ¿Y vos qué te imaginás cuando las ves?

Con ayuda de Florencia Chervo, de la Fototeca, llegué a Ricardo Primo, que es historiador en San Nicolás y está jubilado como docente. Él me ayudó a ponerle contexto a la imagen. Me contó que por esa época San Nicolás era una ciudad de quintas y viñedos (sí, vino en 1915 en la provincia de Buenos Aires), con un amplio puerto que tenía un tráfico comercial importante.

No existía la Liga nicoleña todavía y ni siquiera algunos de los clubes de fútbol, donde después iban a surgir ídolos de nuestro fútbol, como Enrique Omar Sívori.

El Colegio Nacional al que representaban estas ídolas de las que todavía no sabemos era -es- un secundario público y el partido se jugó el día que inauguraron su cancha de fútbol, en la zona norte de la ciudad, en un predio que después fue fraccionado (una parte se destinó al Tiro Federal y otra al Ejército para que hiciera maniobras militares). En el mapa de hoy sería acá.

Las memorias de los primeros partidos de las mujeres todavía se buscan. Pero el hecho de que una Selección juegue ahí es, todavía hoy, una forma de sembrar: como tirar semillitas para que florezcan futbolistas.

Las Mundialistas de 1971 también viajaban por distintas ciudades. Hacían exhibiciones y llenaban estadios. Betty García, la 9 de aquel equipo, me cuenta siempre que después de que ellas iban se armaban equipos en esos lugares. Lo sabe porque volvían y se enfrentaban a combinados de mujeres de allí.

A veces me pregunto cuántas mujeres se perdieron la posibilidad de ser futbolistas. Así, como una identidad posible. Como un trabajo sustentable. Como un futuro como horizonte de vida.

Claudia Santamaría es una pionera en San Nicolás. Aunque esté en acción porque con 53 años juega en Social Paraná, en la Liga local, que comenzó a ser organizada de manera oficial en 2017.

Llegó a San Nicolás desde Godoy, Santa Fe, cuando tenía 12 años y ya pateaba. Arrancó con varones, en canchitas de barrios, y recuerda que escuchó mil veces que le dijeran “machona, marimacho, varonera”. “Hasta mi papá me llamaba ‘Flaco’”, dice.

Cuando tenía 17 y ya trabajaba encontró un equipo de mujeres, Barrio Güemes, con las que jugó fútbol 7. Después integró otro que se llamaba “Hermanas de Maradona”. Así empezó a crecer el fútbol femenino en San Nicolás: en los barrios, entre ellas, empujadas por el deseo de jugar.

No recuerda la fecha exacta pero sí que tenía 21 años cuando con un combinado de San Nicolás viajaron a jugar un amistoso contra la Selección de entonces. Tampoco se acuerda si fue en el Predio de AFA o en el Cenard. Pero sí que su entrenador, José Martínez, le dijo que el DT de la Selección -tampoco recuerda su nombre- la quería convocar.

Hasta ahí llegó: por su trabajo y su situación económica, y con un fútbol sin organización, era imposible.

Esta semana Claudia -que trabaja como encargada de limpieza en un edificio- fue parte de la clínica que algunas futbolistas de Argentina les dieron a jugadoras locales.

-¿No pensaste que vos podrías haber estado en el lugar de ellas de haber tenido otras posibilidades? -le pregunto.

-Y… Pensaría que hubiese estado, capaz que sí.

La Selección se despidió del país en una ciudad muy distinta con el fútbol femenino. Hoy San Nicolás tiene su propia liga y muchos sueños que aquellas pioneras no pudieron concretarDiez equipos (de San Nicolás, Ramallo y localidades cercanas) juegan entre sí dos campeonatos por año, el Apertura y el Clausura, a dos ruedas. Y después, la Liguilla entre los 8 mejores para definir el título. La Emilia es el tricampeón.

Me cuenta Ezequiel Guisone, periodista de Diario El Norte (el diario que se fundó 11 años después de aquel partido de 1915) que las jornadas se juegan en una misma cancha: de 10 a 18 se enfrentan los equipos, todos en el mismo escenario, en partidos con dos tiempos de 35 minutos.

¿Futbolistas de San Nicolás? Laurina Oliveros, que irá al Mundial como la jugadora 24 de la lista, es de Ramallo. De jugar ahí competiría en la Liga de San Nicolás. Y Valentina Martino la rompe como delantera en la Reserva de River.

Antes de que Argentina le gane a Perú, alrededor de tres mil niñes de la liga nicoleña desfilaron. El sueño mundial ya empezó. Y no sólo para las jugadoras.

La birra del tercer tiempo

Si hablamos de sembrar sueños, miren esta historia: Lara López, goleadora de Rosario Central, juega porque vio a la Selección en el Mundial 2019.

Para más historias de fútbol les recomiendo dos libros: Pioneras. Un pase a la historia, de Mónica Santino, Tamara Haber y Julieta Osses. Y Guerreras, de la arquera Gabriela Garton.

Y atenti con la muestra Pasión de Multitudes, sobre la historia del fútbol (femenino y masculino) en el Museo Histórico Nacional.

Un abrazo para todes! Nos fuimos Mundial!