«Para Dani, con todo mi cariño», le firma Ángel Di María. «Para el N° 1, gracias por todo», le dedica Paulo Dybala. Las camisetas cuelgan en el consultorio particular de Daniel Martínez, el médico de la selección argentina. Martínez sabe lo que es que una lesión desvíe el camino. En 1986, a los 18 años, se rompió el ligamento interno de la rodilla izquierda. Era delantero de Argentinos Juniors. Cuatro años más tarde, mientras cursaba el tercer año de Medicina en la UBA -y después de apenas 15 partidos en Primera-, dijo basta. En la deportología, Daniel Martínez es hoy especialista en rodilla, su karma. Di María y Dybala se lesionaron en la previa del Mundial de Qatar 2022. Son, en total, 13 los jugadores tocados de la selección. Di María estará en la lista de 26 que el entrenador Lionel Scaloni deberá entregar el 14 de noviembre, como límite. Dybala es aún una incógnita. Y Giovani Lo Celso, es probable, será la gran baja de la selección en el Mundial, un jugador «irremplazable», como admitió Scaloni. A dos semanas del inicio de Qatar 2022 -y a 16 días del debut de Argentina ante Arabia Saudita-, las lesiones preocupan. Y también dan lecciones. Lionel Messi, informó PSG, no jugará esta tarde ante Lorient por «una inflamación en el tendón de Aquiles». O, porque ni Messi ni PSG, club-Estado de Qatar, se arriesgarán. «Jugadores al 100% es muy difícil de encontrar en este fútbol -dijo Scaloni-. El jugador tiene que estar para el debut. Después habrá matices en posiciones. La idea es que el que se suba al avión esté apto para el primer partido».

Las cinco principales ligas de Europa (a la vez nucleadas en la UEFA, en disputa con la FIFA) habían advertido que recién liberarían a los futbolistas una semana antes de Qatar. El próximo domingo, un día antes de las listas definitivas, se jugará en Premier League, Serie A, Bundesliga y Ligue 1. Es una de las derivas de un Mundial en noviembre-diciembre, en el medio de la temporada europea, y no al final (junio-julio, meses de vacaciones y de pretemporadas). Francia no contará con N’Golo Kanté y Paul Pogba, piezas claves en el campeón de Rusia 2018. Otras bajas confirmadas son Timo Werner (Alemania), Diogo Jota (Portugal), Philippe Coutinho (Brasil), Reece James (Inglaterra), Georginio Wijnaldum (Países Bajos) y Sergi Roberto (España). En duda, como Dybala, aparecen Jesús Corona (México, segundo rival de Argentina en el grupo C), Romelu Lukaku (Bélgica), Ronald Araújo (Uruguay) y Son Heung-Min (Corea del Sur). Hay otros tantos interrogantes y desafectados. Y hubo quejas aisladas de futbolistas de peso, como Luka Modrić (subcampeón con Croacia en 2018) y Thibaut Courtois y Kevin De Bruyne (tercer puesto con Bélgica). Pero la queja no es una acción política. «Somos esclavos de la FIFA», había marcado Toni Kroos, futbolista de Real Madrid, campeón del mundo en Brasil 2014, pero retirado de la selección alemana a los 31 años.

Hay una parte de verdad en que jugar con miedo a lesionarse puede ocasionar lesiones. Estrés y ansiedad en el cuerpo, por la mente puesta en el futuro, en ese avance de la Mundialitis en la que se sumergirá el mundo. «Pensar constantemente te puede jugar en contra -aceptó Lautaro Martínez, goleador de la selección en el ciclo Scaloni, delantero de Inter-. En mi caso juego como siempre, porque está el riesgo de ir un poco a sacar la pierna y que después te la terminen llevando. Trato siempre de demostrar y después, obviamente, todos tocamos madera. Pero siempre trato de hacer el mismo trabajo en el campo. Si vas a media máquina quizás después termina siendo peor». Daniel Bertoni fue campeón del mundo en Argentina 78. Metió el 3-1 en la final ante Holanda, ya en tiempo suplementario. Y jugó también en España 82. «Los Mundiales, en nuestra época, eran diferentes -dice-. Terminaban los campeonatos y teníamos tiempo de poder concentrar. Ahora los jugadores llegan con rodaje, y algunos se van a lesionar, y muchos van a quedar mal heridos o a no estar en forma. Es la gran preocupación que tiene cualquier técnico de selección. Lo bueno: llegan en competencia. Lo malo: las lesiones». Estamos en la era del futbolista asfixiado y tironeado, sin descanso, sin las horas de recuperación recomendadas entre partido y partido: entre las cinco ligas top, las lesiones aumentaron un 20% en la temporada pasada, la 2021/2022 (y las lesiones entre los jugadores de hasta 21 años, desde Rusia 2018, se multiplicaron por diez).

En el cuerpo técnico argentino, además del doctor Martínez, hay un integrante que sufrió una lesión ya no en la previa de un Mundial, sino minutos antes del debut, en el calentamiento: Roberto Ayala, ayudante de Scaloni, se lesionó antes de Nigeria en el inicio de Corea del Sur-Japón 2002. Era el líbero y el capitán de la selección que dirigía Marcelo Bielsa. Argentina fue eliminada en primera ronda. Son las «cosas mínimas» que, dijo Messi, «te pueden dejar afuera». De la lista. Y de un Mundial. «Una lesión muscular en octubre no preocupaba a nadie, pero hoy sí, una lesión muscular a 25 días del Mundial te deja ahí, al límite -le decía Ayala al periodista Cristian Grosso, en una entrevista reciente en La Nación-. No creo que sea de la cabeza, no creo que sea un factor anímico o emocional de los chicos. Hoy la preparación ha cambiado mucho, la alimentación, el descanso… Charlamos con los chicos y yo les digo que nosotros no sé si éramos tan potentes y tan rápidos como ellos hoy… Solo espero que no se nos caiga ninguno más». El domingo pasado, después de tirar un taco en Athletic Bilbao-Villarreal, Lo Celso se tomó el bíceps femoral de la pierna derecha. La alarma.

Lo Celso, Emiliano «Dibu» Martínez, Juan Musso, Cristian “Cuti” Romero, Juan Foyth, Germán Pezzella, Leandro Paredes, Guido Rodríguez, Exequiel Palacios, Dybala, Di María, Messi y Nicolás González son los 13 jugadores argentinos de la lista preliminar que sufrieron averías. El miércoles 16, en el itinerario de Argentina, hay un amistoso ante Emiratos Árabes Unidos en Abu Dhabi, seis días antes del debut en Qatar. Para Rusia 2018, desde la primera reunión de futbolistas en el predio de la AFA hasta el debut con Islandia, hubo un mes de preparación. Se lesionaron Sergio Romero (en Ezeiza) y Manuel Lanzini (en la concentración en Barcelona, escala previa a Rusia). Ahora hay clubes europeos que filtran a la prensa afín dudas acerca de las lesiones de sus jugadores que estarán en los próximos días en Qatar. «El Mundial se juega cada cuatro años -dijo Toni Kroos-. Con suerte, tienes tres o cuatro balas en tu carrera para ganarlo». La FIFA de Gianni Infantino quiere un Mundial cada dos años. «Es irreal», expresó la Asociación de Clubes Europeos. «El punto de partida -contraatacó Infantino- no es que los calendarios sean ya muy apretados. Todo lo contrario: estamos ante una hoja en blanco. Para después de 2024, estamos abiertos a cualquier sugerencia. La FIFA tiene un rol clave: es la única que genera beneficios y los distribuye. Los miles de millones que generan las principales ligas, ¿dónde terminan?». FIFPro, sindicato de futbolistas, apuntó que aumentarán las lesiones. Todavía más.

La selección de Carlos Bilardo llegó 31 días antes a México 86, escapando de las críticas en Argentina. Fue la primera. En enero de aquel año, un grupo de jugadores había pasado diez días en la altura jujeña de Tilcara, como ambientación al aire del Distrito Federal. Bilardo festejaba cuando, un mes antes del inicio de la Copa del Mundo, algún jugador argentino padecía un desgarro. «Es buenísimo, buenísimo. Porque vos tenés el último mes y los matás. Físicamente los matás. Matás a la gente que está jugando en el Real, en el Inter. Si a vos te agarran en un alargue en el Mundial, después no podés. En cambio así, descansando, haciendo ejercicios físicos, durmiendo, que se desgarren todos». Bilardo también solía decir que «los ladrones no se desgarran»: «Suben una pared, corren, esquivan, frenan, arrancan, y nada». Pero los futbolistas no son ladrones. Viven, como todos, en tiempos post pandémicos, más acelerados, (auto)exigentes. Y tienen que jugar siete días antes de Qatar 2022.