Cuando hace dos décadas emergió Snarky Puppy, el colectivo de músicos que recorre múltiples estilos pero que pone especial énfasis en el mundo del jazz, llamó la atención de la crítica y público la versatilidad de Bill Laurance, su pianista, miembro fundador del grupo que en ese momento tenía poco más de veinte años y que tocaba con el talento de todo un veterano. El tiempo hizo el resto, y Snarky (como cariñosamente llaman los fans al grupo) dejó de ser promesa para convertirse en uno de los grupos más convocantes de la escena. Laurance hizo lo propio, construyendo una carrera como solista celebrada y extensa que por estos días lo trae nuevamente para Argentina, para tocar en Buenos Aires, en café Berlín, este miércoles 13 y el jueves 14 de junio.

En la sala de conciertos de Villa Devoto se podrá experimentar en un encuentro íntimo la música de su trío, formado por el baterista de origen lituano Marijus Aleksa y el bajista Max Luthert, con quienes sigue explorando los diferentes límites del jazz. “La energía que existe en Sudamérica es verdaderamente increíble. Eso nos hace a los músicos tener una conexión con el público muy profunda y por eso siento que cuando la música baja del escenario existe una gran comprensión e interés por nuestro trabajo. En esta parte del mundo se comprende esa situación en un nivel mayor que en otros lugares. Creo que eso es por la pasión que se vive por aquí, algo que pude notar en otras actividades como el fútbol o el tango. No sé verdaderamente a qué se debe, pero Argentina lo tiene y eso los hace diferentes. Es por eso que a los músicos nos gusta venir aquí”, dice el pianista cuatro veces ganador de los premios Grammy.

-En mayo pasado tocaste en Buenos Aires con Snarky Puppy y ahora regresás con el trío. ¿Cómo se dieron estos dos conciertos en tan poco tiempo?

-Tengo diferentes proyectos musicales que siempre están dando vueltas y también diferentes maneras de presentarlos, pero para las cosas que hago con el trío me encargo personalmente de todo, es decir que lo hago todo solo. Hay veces en que algunas cuestiones se superponen, pero no es este el caso, de manera que cuando surgió la posibilidad de tocar en la Argentina y en la región todo se dio perfecto para realizarlo.

-Vas a ofrecer dos shows con el trío. ¿Qué material van a mostrar esta vez?

-Voy a tocar composiciones de toda mi carrera, así que no habrá nada específico, al menos hasta ahora. Habrá canciones de mi último álbum de solo piano que tendrá arreglos del trío. Al poder tocar en Buenos Aires dos noches, tendremos la posibilidad de realizar dos shows completamente diferentes en lo que respecta a la lista de temas. Eso me permite poder ofrecerle al público lo que ellos vienen a buscar cuando quieren escuchar mi música. El objetivo es abarcar un gran espectro de estilos y géneros para lograr una sensación de escape.

El pianista y compositor, cuatro veces ganador del Grammy, apuesta por la experimentación constante.
Foto: Prensa

-Snarky Puppy es una banda con muchos integrantes con la que ya llevás más de 20 años. ¿Qué tipo de experiencia aporta a tu carrera cuando tocás en formato de trío?

-Es cierto que Snarky es una banda muy grande en cuanto a sus miembros y eso significa tener que preparar una logística de ese mismo tamaño. Somos generalmente más de diez personas sobre el escenario más todos los que están detrás. Inclusive, ir todos juntos en los aviones es muy complicado (risas), y tal vez haya un poco menos de libertad, por eso el trío tiene mucho más, en ese sentido. Lo que debo decir al respecto es que ambos proyectos me divierten mucho, porque los espacios son diferentes y la creación es distinta e inquieta. Tanto en uno como en otro lugar siento que me sorprendo de las cosas, sonidos y situaciones que vivimos, de manera que eso es lo mejor que le puede pasar a la música y a un músico, sobre todo. Sobre el escenario siento que tanto con la banda como con mi proyecto, se vive un momento único de creación que nunca será igual a otro, cada noche diferente a la anterior. Creo que hay momentos donde la música te dice qué se debe hacer, cómo hay que tocar, y eso sucede cuando alcanzas estados donde te llevás muy bien con ella.

-El jazz está siempre en cambio constante. ¿Cuál es el estado actual del género según tu perspectiva?

-Definitivamente, creo que están sucediendo cosas muy estimulantes en la escena del jazz, con nuevos jugadores que aparecen. Por mi lado, todo pasa por la cruza de estilos, géneros, músicos, tecnología. Todas esas situaciones ayudan a borrar fronteras que en otros tiempos no eran vistas, sencillamente. Las nuevas generaciones, con el uso de la tecnología, tienen a su disposición accesos impensados en relación a otras décadas, aunque eso también tiene su lado no tan bueno. Por ejemplo, la escena de Londres del jazz crece constantemente, lo cual indica que hay muchos artistas pero que también hay que saber encontrarlos.


Bill Laurance Trío

El pianista y compositor se presenta junto al baterista Marijus Aleksa y el bajista Max Luthert este martes 13 y el miércoles 14 de junio a las 23, en Café Berlín, Av. San Martín 6656.